código civil

DE LA POSESl6x (ARTS. 2370, 2371)
para ocultar su continuación (art. 2370), convirt.iéndose así por
los actos posteriores, en clandestina.
Si la posesión puede ser pública para los demás, y clandestina
para los que deben reclamarla, quiere decir, que como en los casos
de violencia, el vicio de la posesión clandestina es así mismo
relativo al anterior poseedor solamente (art. 2371), y él sólo
puede alegarla.
(Art.2370.) El derecho á prescribir la cosa que ha comenzado con
la posesión pública puede interrumpirse, y hacer que la posesión que le
sigue no sea útil para la prescripción. La decisión de este artículo es
contraria al derecho romano, que consideraba pública la posesión que
había comenzado por serlo, aunque por actos posteriores se hubiera
ocultado para ciertos individuos, á semejanza de la posesión con título
que se juzga de buena fe, cuando ésta ha existido en el momento de la
adquisición, sin que se tenga en cuenta la mala fe posterior. Pero la publicidad
que debe acompañar á toda posesión para que sea útil, desaparece
desde que al goce público sucede el clandestino ú oculto, porque
entonces el poseedor disimula su derecho para engañar la vigilancia del
dueño. La publicidad es una conclición esencial, porque está destinada á
despertar la atención del propietario, á solicitar á cada momento el uso
de su derecho. La posesión aun en estas condiciones crea acciones
posesorias para defenderla, pero no es útil para la prescripción. ­
Comp. VAZEILLE, n? 50. TROPLOXG, n" 357.
(Art. 2371.) Esta regla se funda en la 1. 1, § 9, tít. 17, lib.4H, Dig.,
que dice: «con tal que no hayáis tomado el uno sobre el otro una posesión
violenta, clandestina ó precaria»; debe entenderse de modo que si
alguno tiene una posesión violenta, clandestina ó precaria, pero que la
haya tomado sobre otro que su adversario, olla le será útil. Así, las condiciones
exigidas para la posesión, de ser pacífica, pública :r á título de
dominio sólo son exigidas para los que pueden alegar el vicio por haberlo
sufrido. En cuanto á los interdictos, es sabido que por el derecho
romano, como por el nuestro, se conceden únicamente -al hecho material
ele la posesión. Así, cuando creyendo á A, dueño de la cosa, le he ocultado
mi posesión que conocía E, con quien tenía amistad, si posteriormento
B, me reclamase la cosa como suya, no puedo oponerme la clan-
Sola del ])1'. Velez-Sarsfieid al 01'1. 2.'/7(). - En contra, L. 40, § 2. Digo.,
De aik), poss, - 'I'roplong sostiene la resolución del articulo, con las mejores
razones, sobre el arto 222:1, n" 3;)7.