código civil

80 EXPOSICIÓN Y COMENTARIO DEL CÓDIGO CIVIL ARGENTINO
cualquier género de prueba, no sólo respecto del hecho del depósito,
sino con relación al valor del mismo; por eso se hace en
este caso una excepción al principio general, de que no se admite
la prueba testimonial en los contratos cuyo valor exceda de doscientos
pesos; así, en el depósito necesario es adm-isible toda clase
de prueba (art. 2238); pero en todo lo demás el depásito necesario
e."! regido por las disposiciones relaiicas al depósito coluntario
(art. 2239).
(Art. 2238.) Debe tenerse presente que el privilegio concedido á
los viajeros: por los efectos introducidos en las posadas, no es porque en
realidad sea un depósito necesario, sino por una asimilación, pues: éstos
no han tenido completa libertad, desde que necesariamente deben alojarse
en una ú otra parte. El verdadero piivilegio, concedido á este depósito,
es que puede demostrarse por cualquier género de pruebas: pero
como los jueces son los que deben apreciarla pueden dejarlos sin valor,
si atendiendo á las condiciones del viajero, á sus medios y posición social,
resultara completamente improbable que hubieran podido introducir
tales ó cuales efectos, ó si los testigos fueran sospechosos, etc.: lo mismo
se puede decir en el caso del verdadero depósito necesario.-Véase
mi nota al arto l1!n. eÓD. FRAxcÉs, arto lH30: YFREITAS, arto 2G87.
(Art. 2239.) En el depósito necesario, el depositario responde del
daño ó pérdida de la cosa, siempre que no sea proveniente de caso fortuito
ó fuerza mayor: y por consiguiente, tiene mayor responsabilidad que
en el voluntario: el depósito necesario puede probarse por testigos, cualquiera
(lue sea la importancia de aquel, el voluntario no: fuera de estas
diferencias capitales: en lo demás se rigen por lnx mismas disposiciones;
"Viajeros que se hospedan en ellas, están en cierto modo forzados á confiar sus
efectos á la fe del posadero. La misma Ley Romana decía : (¡uia uecesse est
pterunoue eorum [idem .ve'Juiel res cust odin: eorllill (·o1ll1l/illere.-L. 1, Digo., Sallt
ae, dc.-Ellos las más veces no están en estado de elegir la posada, ú puede
no haber sino una posada en los Jugares á que lleg-uen: no conocen las localidades,
{¡ son llevados á los hoteles por la administración que los conduce.
La responsa.hilidad al parecer extraordinaria, que se exi~e en este Capitulo
de los posaderos, nace también de las circunstancias especiales del acto de introducción
en las posadas de los efectos de los viajeros. El posadero en el hecho
de abrir una posada al público, se ofrece á rer-ibir el depósito de lo que lleve
el viajero. :Jo este depósito no es sólo en el interés del depositante, sino también
en el interés del depositario: el posadero. que lleva un precio por la persona
y efectos de los que se alojan en su casa.