código civil

GESTIÓN DI': NEGOCIOS (AR1'S. 2310, 23üH) 175
sería justo obligar al que los transmitió á pagarlos, cuando no
goza de la cosa mejorada.
Con relación al pago de los gastos funerarios, se deben hacer
de la manera siguiente:
lOSe pagarán con los bienes que hubiere dejado el difunto.
2° '}'lo dejando el difunto bienes, los gastos [unerarios senin
pagados por el cónyuge sobreviviente (art. 2308, 11\ parte); porque
á él le corresponde este último deber,
3 0 Cuando el cónyuge no tuviese bienes (serán pagados) por las
personas que tenían obliqaciá» de alimental' al muerto cuando
vivía (art. 2308, 2 1 \ parte), sin que este deber se pueda elndir
bajo pretexto alguno.
1'('/".':;0, esencialmente personal, en una real; pero se justifican ante la
equidad, pues el donante no debe estar obligado por las mejoras que
hubieran aumentado el valor de la cosa y debe pagarlas el que goza de
ellas. Cuando la cosa ha sido donada, no se distingue si permanece ó no
en poder del donatario, porque aun enajenada por él ha recibido el mayor
precio de esas mejoras y debe abonarlas.
El arto 32GG,sobre la transmisión de los derechos en general, parece
impugnar la primera parte del artículo; pero debemos fijarnos que el
presente habla de un derecho personal, y aquel de derechos reales quo
van escritos, por decirlo así, en la cosa transmitida, como en el caso de
venta y otros semejantes. El valor de que responde el donatario no es
el de la utilidad que recibió la cosa cuando se empleó el dinero en ella,
sino el mayor valor obtenido por esas mejoras en el momento (le la adquisición,
de modo que si hubiesen desaparecido, nada deberá y la acción
se dirigirá contra el enajenante ; esto es lo que significan las últimas
palabras. - Comp. FHEITA~, art. 3454.
(Art. 2308.) Se ha seguido á Freitas, arto 344D, y aunque se separa
del criterio que ha presidido á la distribución de la herencia, la considero
acertada, porque está conforme con nuestras costumbres, que deben
traducir la ley. En nuestro régimen matrimonial hay tal unión de intereses
entre los cónyuges, que habría sido raro que se impusiera esta
obligación á otro que á ellos. Se debe entender que rige el caso, no
sólo cuando no deja bienes, sino cuando éstos sean insuficientes. Así, el
que ha hecho los gastos funerarios, debe cobrarlos del cónyuge superviviente,
y en caso no tuviere, puede elegir en la forma del arto 3G7.