código civil

CAPÍTULO IV"
~ 7:2í:).-DE LA TRADlCrÓX TRAKSLAl'lVA DE DO:UIXIO
La tradición es uno de los principales medios para adquirir la
propiedad ele las cosas. Se ha discutido sobre si la tradición es un
hecho, un acto jurídico ó un contrato, y me decido por la opinión
de Sav iguy, Maynz y Freitas que la consideran como contrato y
así lo he sostenido en el arto 2377.
Considerada como contrato, necesita de todas las condiciones
de éstos; es decir, de dos personas capaces, la una de enajenar y
la otra de recibir. Xo hay tradición entre personas que no pueden
consentir, y para que sea válida y transfiera el dominio, el tradente
debe ser propietario de la cosa y tener capacidad para enajenarla,
y el que la recibe debe aceptar la cosa con intención de
apropiársela. Puede operarse igualmente, en la toma de posesión
por el adquirente capaz con ánimo de hacerla suya con consentimiento
dr-I propietario.
Precisamente porque la tradición es un contrato que reune
todas las condiciones de los demás, es que el propietario puede
hacerse representar por otro para realizarla, y lo mismo el que la
recibe: si fuera un hecho donde no se necesitara de la voluntad de
las partes, la representación no tendría lugar.
En la tradición el que recibe la cosa debe adquirir el poder
físico dp disponer de ella, sea teniéndola en su poder ú otro en su
represeutación ; así, el propietario 110 podría hacer la tradición si
no tiene la cosa bajo su poder.
La ley ha condensado todas estas condiciones al- decir en el