código civil

DE I,A POSESIÓN (ART, 2352) 239
ple tenedor de la cosa, y representante de la posesián del propietario,
aunque la ocupación de la cosa repose sobre un derecho; pero
ferimos la detención á otro encargándole de representarnos en tal ó cual
asunto (mandato, gestión, depósito); los en que prestamos gratuitamente
el uso de la cosa (comodato); los en que por un precio dado concedemos
el uso de la cosa (locación); cuando el resultado de la detención es el ejercicio
de unjus in re, como en el usufructo, el uso, la habitáción, etc"
aunque nuestro Código conceda al usufructuario acciones posesorias; pero
entra dentro del cuadro que trazamos, porque carece del ((/1 iin lis J)ossidendi;
finalmente, aquellos en que la tenencia se transfiere con el objeto de
asegurar el cumplimiento de una obligación, como en la prenda ó anticresis.
De esta posición nacenconsecuencias importantes: 1°, el poseedordebe
considerarse como representante del que lo ha transferido la tenencia de
la cosa; 2°, debe tener el ánimo de poseer para su representado: HO, si
negare poseer á nombre de aquel que dice le transfirió la posesión, como
la regla es que se supone que el poseedor tiene la cosa oninn¡ donnui, el
que alega debe demostrar haber-la entrega-lo por alguno de los modos
en que sólo se transfiere la simple tenencia," De ahí es que encontramos
justificada la resolución del Superior Tribunal de Córdoba. criricn.lu
por el Dr. Llerena, que la juzga tan desacertada, incliuándoso el creerla
más bien el resultado de un error de imprenta. El caso es el siguielltc: un
poseedor propone extrajudicialmente comprar á otro la cosa tlue el mismo
posee. De esta propuesta de compra se quiere hacer nacer la confesióu (le
que su posesión no era á título de dominio, que ha reconocido en el otro la
propiedad de la cosa, y el tribunal ha dicho, con razón á mi juicio, « que
esa propuesta no excluye necesariamente la idea do tener el proponente
el derecho de propiedad en el mismo inmueble»; habría dicho con más
exactitud, de poseerlo ('0/1 animo dontiui : porque la cuestión era de averiguar
si poseía la cosa á nombre de otro, ó á nombre propio y con ánimo
de adquirirla para sí. Para demostrar 10 contrario, el reclamante debía
probar que la posesión era derivada de él mismo, quo había transmitido
la tenencia por un contrato preexistente; la propuesta de compra no
puede darle un título que no tiene, ni demostrar que ha poseído en su
nombre. Esta situación es más clara si suponemos que 01 poseedor ha
tomado la cosa abandonada ejerciendo en ella actos de dominio en su
nombre propio, y que para afirmar sus derechos propone comprar la cosa
que posee como suya; esto no desvirtuaría su posesión á título de dominio,
posesión que no se debe confundir con la propiedad.
En la posesión derivada, cuando por contrato se transfiere la simple