código civil

DE LA POSESIÓN (Anrs. 2i38(), 23R7)
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ambos casos, se encuentre en la posibilidad de ejercer sobre ella
actos de dominio.
.No es necesaria la tradición de la cosa, sea mueble ó inmueble,
para adquirir la posesión (art. 2387, 1 11
parte), en los casos siguientes:
10 Cuando la cosa es tenida al nombre del propietario, y éste
por un acto jurídico pmw el dominio de ella, al que la posela en su
nombre (art. 2387, 2 n parte), como si el locatario comprase la
cosa que está en posesión, pues, le bastará el título de enajenación
para adquirirla.
(Art. 2387.) El artículo se funda en la 1. n, § 0, tít. 1, lib. 41,
Dig., que dice: «hay casos en que la simple voluntad, sin tradiciún, basta
para transferir la propiedad de una cosa; por ejemplo, si OH vendo una
cosa que os había prestado... » Muchos autores han confundido este caso
considerándolo como una tradición lnrci III((I/U, cuando no hay tradición
en realidad, porque estaba hecha, y han supuesto que el vendedor
tomaba su cosa quo le era entregada y volvía á entregarla al comprador,
habiendo una doble tradición, cuando no es exacto. La tradición hrcri
1IWIU( tiene lugar, cuando queriendo transferir á Pedro la cosa que A
debe entregarme, le ordeno dársola ; por esa orden suprimo el recibo de
mi parte; pero hay una entrega real á Pedro. En el caso del artículo no
hay tradición, porque la cosa estaba en poder del locatario, aunque la
poseía por mí, y ha bastado mi voluntad para hacerle adquirir la posesión
y la propiedad; sólo ha cambiado el animo, porque antes poseía para
otro, ahora posee para sí. Es inútil discutir si el adquirente gana el dominio
al mismo tiempo que la posesión, porque el artículo sólo habla de
esta última.
El otro caso en que no hay necesidad de tradición, es cuando el locatario
que poseía á nombre del propietario principia á poseer á nombre