código civil

DE LAS COSAS (ARTS. 2338, 233!J, 2340) 213
misma no puede ser apropiada por persona alguna; pero como no
se puede dejar á los particulares la absoluta libertad para su uso,
la autoridad debe intervenir reglamentando el modo de servirse
de él; por eso dice el arto 2340, n? 1, Bll parte: el derecho de
la defensa nacional; pero el artículo señala la distancia de una legua
marina, siguiendo al Cód. Chileno, arto 593, cuando en realidad lo que
está bajo su guarda, con los cañones de sus costas, es todo el territorio
que puede dominar desde éstas. Por eso Freitas, arto 32H, dice con razón:
« en aquella distancia cuanto alcanzare un tiro de cañón».
Los mares que son comunes á todas las naciones del globo no pueden
ser apropiados en realidad, aun en aquella parte qne sea necesario para
la salvaguardia de la nación: pero sí impedir que otra nación venga á
ejercer jurisdicción, La Inglaterra ha pretendido la propiedad del mar
hasta 4 leguas marinas de la costa, como habría podido pretender más,
sosteniéndolas con sus escuadras; pero esto no es una propiedad, que se
distingue esencialmente por el ejercicio estable y permanente de su derecho
sobre la cosa sometida á nuestro dominio. Eso lo ha comprendido
nuestro Código, y sólo ha atribuído á la nación la vigilancia para la observación
de las leyes fiscales.
Sota del Dr. Vetcz-Sarsfiet.! (11 a rt, :!.'l.JO, l/0 1.-C(¡(1. dp Chile, arr ,,!,3,-­
Kel/t'li Conrmentarles, Leec. 2, n : 2H y 30. La Inglaterra, spgún este autor. J¡;L
sostenido siempre su dominio en los mares territoriales, hasta la disru ncia d,~
4 leguas marinas.
N'0 BO Véase L. O, Tit. 28. Parto aR.-La 1.. ", Tit. 1/. Lib. 4, Rl'['. dr- Indias,
declara que los montes, pastos yaguas en Auiúrir-n e¡lW no osrún «oncerl idos
á particulares, son cosas comunes á todos. Solórzano ('11 pI Libro li. (a pítulo
11, dice que el Rey de Kspa.ña se reservó siouiprv en América el dmuinio
de los ríos como el dominio (le las tierras. La 1.1'\' Romana decia : Flu nuno:
pene om uia publica su.ut, La palabra pelle e" la :l'W ha traído las diversas
cuestiones entre los comentadores. )[erlin, Ilepert, rerh, Il uicre. § 2; Proudhon,
DOIl/llIlO Público, tomo 3, n" !133,y F'oucart. J)C¡'Cl'!1O.ltlíllillisfl'otiro, nos dir-en
que antes del Código F'rancós los rf os no }J(>l'tI'IIP('íall Ú los i-ihoreúos, como en
él se declaró. En la mayor parte de los Reinos (1