código civil

DEI. DOMINIO DE LAS COSAS (ARTS. 257G, 2077) 573
finantes con un torrente ~ un arroyo de agua que 110 sea continua;
tampoco constituyen aluvión, las arenas ótango, que se encuentran
comprendidas en los límites del lecho del río, determinado por
la línea á que llegan las más altas agua.f/ en su estado normal
(art. 2577); por consiguiente, no se considerará aluvión, los te-
Este artículo fué corregido agregando á la expresión «por inmediato
que se encuentre el rfo », la de: ((por inmediato que se encuentre'¡ /0
ribera del río».
{Art. 2577.) Creo más conforme con la naturaleza del hecho, el considerar
el límite de un río, no por la línea á que llegan las más altas
aguas en su estado normal, como lo determina el Código, sino como lo
ha declarado la Corte de Rouen, por la línea á que llegan las aguas en
su nivel medio, tomando por base las crecientes periódicas, así como el
retiro periódico ele las aguas. Kuestro Cóeligo se ha decidido por la doctrina
contraria apoyada por la Corte de Lyón y los jurisconsultos, DE­
MOLO:\IBE y Acunr y RAl".
Cuando se trata de ríos navegables no hay aluvión para los colindantes,
pues todo lo que se forma en el lecho y fuera de él pertenece al
Estado. El artículo habla de ríos no navegables, y en ese caso los terrenos
que se forman en su cauce, no pertenecen al Estallo, como algunos
lo sostienen, pues una vez que se unen á los terrenos colindantes, sin
estar separados por corrientes de agua, corresponden al colindante ribereño.
El Estado podrá hacer trabajos para que desaparezcan esos terre
nos, dragando el canal, y los colindantes que todavía no han adq uirido
derechos no pueden oponerse; otra cosa seria si una vez incorporado el
aluvión definitivamente se quisiera separarlo.
El aluvión puede formarse de tres modos: 1°, por el depósito paulatino
que hace el río de partículas de tierra, arena, etc., en sus orillas;
2°, porque el río abandone paulatinamente una de sus orillas yéndose
sobre la otra; 3°, por la evaporación de sus aguas, perdiendo de su volumen.
En todos estos casos el aluvión se adquiere por el ribereño, si el
río no es navegable; así. hay error en sostener, que el aluvión formado
dentro de los límites del lecho del río, aunque esté adherido á una de las
riberas, no pertenece al propietario ribereño: porque los arts, 2572 y
2576 enseñan lo contrario. Otra cosa sería si se encontrase dentro de los
Sota del })1'. Vel ez-Sarsfield al 01'1. :!;"¡7/i,-Dpl\lolomhl'~tom, lO, 11" :>4.
Fallos de la S. (l. S. - Ajlli('(l('iólI del a rt . 2;;i/i.-LX, 421.