código civil

~50 EXPOSICIÓN Y COMENTARIO DEL CÓDIGO CIVIl. ARGENTINO
nece? Cuando se trate de frutos percibidos, la buena fe del poseedor
debe existir en el o1'Ígen de la posesión y en cada hecho de la
percepcián de los frutos (art. 2358); porque en cada percepción
mandatario que exhibe un falso poder, ó en otros casos semejantes de
errores do hecho, la adquisición sería válida para hacer suyos los frutos
percibidos por el adquirente, aunque otra cosa se juzgaría así para la prescripción.
Creo, como Demolombe, que si el adquirente conocía la incapacidad
del enajenante, hace no obstante suyos los frutos contra el tercero
que la reivindica, si en el momento de la reivindicación la nulidad hubiera
sido cubierta por la ratificación; porque ésta retrotrae el contrato
al momento de su celebración. En los casos de violencia, error, dolo, etc.,
ignorados por el adquirente, como tiene un título que prueba su buena fe
adquiere los frutos; lo mismo se decidirá en los casos de la inalienabilidad
de una cosa que el adquirente ignorase (por error de hecho) que no
se pod ía enajenar.
En cuanto al vicio de forma en el instrumento, nuestro Código declara
que supone la mala fe, arto 400D, pero es para la prescripción, y
debe aplicarse igualmente á la percepción de frutos, á posar de la opinión
contraria de Demolombe, IX, n? BOR-Comp. Al:BRY y RAl:,
§ 2()(j, texto y nota 15, nc CARROY, BOXXIER y Ron;TAIx, Il, n? 100.
- Yéanso arts, 78B, 787, 2212, 2272, 2356, 2358, 400U y 4011.
(Art. 2358.) En estos artículos se trata de l~ percepción de frutos
y no de la prescripción de la cosa. Así, el poseedor hace suyos los frutos
mientras dura su buena fe, que debe existir en cada percepción, pues en
cada uno de ellos hay una nueva adquisición, esa es la razón de exigirle
la buena fé. ¿El heredero del poseedor de mala fe, hará suyos los frutos
percibidos, cuando él ha tenido personalmente buena fe? El heredero
representa la persona del difunto, y si consideramos la cuestión bajo ese
aspecto, deberíamos decidirla por la negativa; pero eso sería tratándose
de la prescripción no de la adquisición de los frutos. Hemos visto que
en lo.. casos dedopósito y coinodato, cuando el heredero ignorando
el contrato ha enajenado la cosa, no está obligado sino por el precio
arts. 22] 2 Y2272, eximiéndolo de la devolución de la cosa y de los frutos.
¿Por qué no aplicaríamos estos principios tratándose de la percepción
de los frutos? Esta opinión es apoyada por gran número de autores franceses,
(lue cita Demolombo, n" G]3, aunque es contradicha por Pothier,
Domat y Delvincourt.; pero por nuestro derecho no puede caber duda
Sota del ])1'. t'etez-Sarsfieid al arto 2.'/:;7.-Véase Aubry y Rau, § 20'j, n" 3.