código civil

DEI. DOMINIO DE LAS COSAS (ARTS. 2530,2527,2:>28,2540) 521
ó á los dos, ni las que se arrojan para salvar las embarcaciones,
ni los despojos de los naufragios (art. 2528), porque no hay actos
libres de abandono, y si el río ó el mar los arojan á la playa, los
dueños pueden reclamarlos, demostrando que les pertenecen; lo
mismo sucede con los animales domésticos ó con los salvajes que
viven en una especie de domesticidad, como las palomas que tienen
la costumbre de volver al palomar; sin embargo, si fueren
cazadas en campos propios, el cazador las adquiriría, durante el
tiempo de la caza, ó cuando hicieran daño á los sembrados.
La caza debe hacerse en el tiempo determinado por la autoridad,
y comprende á los animales salvajes ó bravíos, porque no
se pueden cazar los domésticos, aunque hubieren abandonado momentáneamente
el lugar donde acostumbran estar.
La caza es otra manera de apropiación, cuando el animal lJ1'avío
ó salvaje »iéndose (viviendo) en su libertad natural, fuese tomado
muerto Ó »iro por el cazador, ó hubiese caído en las trampas
puestas por él (art. 2540), será del que lo ha tomado. La infrac-
(Art. 2528.) Los inmuebles, aunque se abandonen, no pueden ser del
primer ocupante; necesitan un título para adquirir el dominio ó el término
designado para la prescripción sin título. La posesión es la única
que se adquiere por la ocupación durante un año. Así es que un inmueble
no se reputa jamás abandonado, el propietario lo posee }II"O ((/1;/1/0.
Los animales domésticos no son susceptibles de apropiación, y con
mayor razón los que tienen marcas ó señales; pero los domesticados, como
las palomas, etc., que han perdido la. costumbre de volver al palomar,
pueden apropiarse, si el dueño del lugar donde se acogen, nada ha hecho
para atraerlas. Las cosas perdidas tienen su legislación especial.­
FREITAS, arto 40RG. Con. DI': CHILE, arto (iOH.-Véanse nrts. 2342, n > 1
Y 5, 24:)0, 25]0, 2:)27, 2532, 2534, 2:lRH, 2:)!12 y 2GO;).
(Art. 2540.) El artículo habla de los animales que son re» ""II;/(s.
es decir, de los salvajes que siempre vivieron en su libertad natural,
los que se adquieren por la aprehensión, y según las disposiciones de
los reglamentos de caza, y cuando se cazaren en terrenos cercados ó
plantados, pertenecen al dueño de éstos si no dió permiso. En cuanto
á los domesticados que han recobrado su libertad natural, su caza
está sujeta á las restricciones de los arts, 2:)2H, 2:)D2 y 2f)!)3. - Yéase
Fm':I'I'AS, arto 40!J2. ArBR \" y Rxr, § 20], texto letra (1, donde dicen: