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Marketing de Servicios 6ta Ed, Christopher Lovelock

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Liderazgo, cultura y ambiente

Para cerrar este capítulo echaremos un breve vistazo a un tema que se aborda a lo largo del libro:

el papel que tiene el líder al fomentar una cultura efectiva dentro de la empresa. 27 Podemos decir que

la cultura organizacional incluye las siguientes características:

• Percepciones o temas compartidos con respecto a lo que es importante en la empresa.

• Valores compartidos sobre lo que es correcto e incorrecto.

• Conocimientos compartidos acerca de lo que funciona y de lo que no funciona.

• Creencias compartidas y supuestos sobre por qué esas cosas son importantes.

• Estilos compartidos de trabajo y de relacionarse con los demás.

John Hamm considera que la comunicación efectiva es la herramienta más importante de un líder

para realizar la tarea esencial de inspirar a la empresa a tomar la responsabilidad de crear un mejor futuro.

Este autor dice que los líderes más efectivos se preguntan: “¿Qué debe ocurrir hoy para llegar a

donde deseamos ir? ¿Cuál creencia o idea vaga puedo aclarar o desechar?”. Los directores generales

que pueden comunicarse con precisión serán los más capaces de ajustar el compromiso y la energía de

la empresa con una visión bien entendida de las metas y oportunidades reales de la compañía. 28

La transformación de una organización para desarrollar y fomentar una nueva cultura no es una

tarea fácil, aun para el líder más inteligente. Incluso es más difícil cuando la organización forma

parte de una industria que se enorgullece de tener tradiciones arraigadas, incluyendo a muchos

departamentos dirigidos por profesionales de diferentes campos con una mente independiente,

los cuales están muy adaptados a la manera en que los perciben otros profesionales del mismo campo

en otras instituciones. Esta situación es común en baluartes del mundo de las empresas sin fines

de lucro, como las universidades, importantes hospitales y los grandes museos. El apartado Perspectivas

de servicio 15.3 describe los desafíos que enfrentó el nuevo director al transformar, en un

momento de crisis, el Museum of Fine Arts de Boston.

PERSPECTIVAS DE SERVICIO 15.3

Cambio de rumbo del Museum of Fine Arts de Boston

El respetable Museum of Fine Arts (MFA), fundado en

1870, tenía varios años en decadencia cuando el consejo reclutó

a un nuevo director en junio de 1994. Eligieron al historiador

del arte Malcolm Rogers, que en ese entonces era

subdirector de la National Portrait Gallery en Londres. Al

llegar a Boston, Rogers encontró una institución desmoralizada.

Debido a las dificultades económicas y recientes recortes

de personal, el ánimo estaba por los suelos. Las

membresías corporativas habían bajado bruscamente y la

asistencia había disminuido.

Una de las primeras medidas del nuevo director fue

organizar un desayuno para todo el personal e introducir

lo que se convertiría en un tema central:

Somos un museo, no un conjunto de departamentos. El

museo consiste de guardias de seguridad, curadores,

técnicos, benefactores, voluntarios, personal de relaciones

públicas. Todos tenemos nuestra pericia profesional

individual, y trabajando en cooperación con nuestros

colegas, todos encontraremos áreas que pueden mejorar.

El tema de “un museo” de Rogers, repetido a intervalos

frecuentes, transmitió el mensaje de que la agenda del

director era más importante que la de los curadores, generalmente

independientes, que operaban los diversos

departamentos de arte del museo y establecían prioridades

para adquisiciones y exhibiciones. Uno de los curadores renunció

de inmediato. Mientras que el nuevo director era

reconocido por su buen humor y actitud amistosa y extrovertida,

demostró que podía ser rotundo y decisivo. Adoptó

una dura estrategia con los gastos y empezó un programa

para reducir el personal en un 20 por ciento. Sin embargo,

sus recortes no incluyeron los servicios para los visitantes

del museo. En su lugar, empezó a crear un ambiente más

acogedor. Rogers dijo:

Estoy firmemente comprometido con la idea de que los

museos son para servir a la comunidad, y ésa va ser

una de las ideas fundamentales de mi trabajo aquí en

Boston, para lograr que el MFA se dirija a su público y

para que satisfaga lo más posible a su comunidad de

usuarios.

Pronto, el director reabrió la entrada principal en

Huntington Avenue, la cual se había cerrado para ahorrar

dinero, y cambió la tendencia a disminuir las horas de servicio,

otra de las iniciativas de recorte de su predecesor.

Los horarios se ampliaron y se instituyó la operación los

siete días de la semana. Tres noches a la semana, el museo

permanecía abierto hasta las 10 PM. Los “Días comunitarios”,

tres domingos al año, el MFA no cobraba la entrada.

Cada año, Rogers iniciaba actividades para mejorar

las instalaciones y la imagen del museo, incluyendo una

nueva iluminación exterior para mostrar mejor la imponente

466 Parte IV Implementación de estrategias de servicio redituables

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