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Marketing de Servicios 6ta Ed, Christopher Lovelock

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en las tiendas de Starbucks al detalle. Alling dijo: “Desde el

primer día, Howard ha dejado clara su idea de que la satisfacción

de los socios produce clientes satisfechos. Esta creencia

forma parte del ADN de Howard, y dado que se nos ha inculcado

a todos y cada uno de nosotros, también se ha vuelto

parte de nuestro ADN”.

La empresa tenía la generosa política de proporcionar un

seguro de salud y opciones de acciones, incluso a los socios

del nivel más bajo, la mayoría de los cuales tenía entre 17 y 23

años de edad. En parte como resultado de esto, la tasa de satisfacción

de los socios de Starbucks se mantenía constantemente

en un rango del 80 al 90 por ciento, muy por arriba de

la norma industrial 5 , y la empresa había obtenido recientemente

el lugar 47 en la lista de los mejores lugares de trabajo

de la revista Fortune, un gran logro para una empresa con

tantos trabajadores pagados por hora.

Además, Starbucks tenía una de las tasas de rotación de

empleados más baja de la industria, de sólo el 70 por ciento,

comparada con los promedios de la industria de la comida rápida

que llegan hasta el 300 por ciento. La tasa era aún más

baja para los gerentes y, como Alling señaló, la empresa

siempre estaba buscando formas de disminuir aún más la rotación:

“Cuando tenemos una tienda con problemas, casi

siempre encontramos un gerente sin experiencia o baristas

inexpertos. La estabilidad de la gerencia es clave, pues no sólo

disminuye la rotación de los socios, sino que también permite

que la tienda haga un mejor trabajo al reconocer a los clientes

habituales y proporcionar un servicio personalizado. Por lo

tanto, nuestra meta consiste en lograr que el puesto se convierta

en un empleo vitalicio”.

Con este fin, la empresa fomentaba la promoción dentro

de sus propias filas. Aproximadamente el 70 por ciento de los

gerentes de tienda trabajaron como baristas, y alrededor del

60 por ciento de sus gerentes de distrito fungieron como gerentes

de tienda. De hecho, para ser contratados, todos los altos

ejecutivos debían capacitarse y tener éxito como baristas antes

de incorporarse a sus puestos en las oficinas corporativas.

ENTREGA DEL SERVICIO

Cuando un socio era contratado para trabajar en una de las

tiendas Starbucks al detalle en Estados Unidos, debía recibir

dos tipos de capacitación. El primer tipo se enfocaba en las

“habilidades duras”, como aprender a utilizar la caja registradora

y a mezclar las bebidas. La mayoría de las bebidas de

Starbucks se hacían a mano y, para asegurar la calidad del

producto, había un proceso específico asociado con cada bebida.

Por ejemplo, para hacer una bebida de café expreso se

requerían siete pasos específicos.

El otro tipo de capacitación se enfocaba en las “habilidades

suaves”. Alling explica:

En nuestro manual de capacitación les enseñamos explícitamente

a los socios a conectarse con los clientes, a darles

una bienvenida entusiasta, a establecer contacto visual, a

sonreír y a tratar de recordar sus nombres y pedidos si son

clientes habituales. También animamos a los socios a

conversar con los clientes utilizando preguntas que no

sólo requieran de una respuesta de sí o no. Por ejemplo,

“Noté que estaba leyendo el tablero del menú, ¿qué tipo

de bebidas le gustan?”, es una buena pregunta que un

socio podría hacer.

La política de Starbucks “Sólo di que sí”, les daba poder

a los socios para ofrecer el mejor servicio posible, incluso si esto

implicaba que violaran las reglas de la empresa. “Esto significa

que si un cliente derrama una bebida y pide que la vuelvan

a llenar se la damos”, precisó Day. “O si un cliente no tiene

dinero en efectivo y desea pagar con un cheque (que supuestamente

no deben ser aceptados), entonces le daremos una

bebida de muestra gratuita. Lo último que queremos es ganar

la discusión y perder al cliente”.

La mayor parte de la rotación de baristas ocurría durante

los primeros 90 días de trabajo; si un barista rebasaba este

tiempo, había una alta probabilidad de que se quedara durante

tres años o más. “Nuestra capacitación termina siendo

un proceso de autoselección”, afirmó Alling. De hecho, la pericia

para equilibrar las habilidades duras y suaves requería

de un tipo específico de persona, y Alling creía que los desafíos

sólo habían aumentado con el paso del tiempo:

En las épocas en que vendíamos principalmente granos,

todos los clientes que entraban por la puerta eran conocedores

del café, y era muy fácil para los baristas establecer

una conversación mientras empacaban la bolsa. Hace

mucho que pasaron esas épocas. En la actualidad, casi

todos los clientes piden una bebida preparada a mano.

Cuando la fila sale de la puerta y todos están exigiendo su

bebida, no es fácil iniciar una conversación con un cliente.

La complejidad del trabajo de un barista también se ha

incrementado con el tiempo; por ejemplo, hacer un venti tazoberry

and crème requería de 10 pasos diferentes. “Antes un barista

podría preparar toda la variedad de debidas que ofrecíamos

en medio día”, observó Day, “en la actualidad, dado la gran

cantidad de productos que tenemos, le tomaría 16 días con

turnos de ocho horas. Existen literalmente cientos de combinaciones

de bebidas en nuestro portafolio”.

Esta complejidad laboral se complicó por el hecho de que

casi la mitad de los clientes de Starbucks personalizan sus bebidas.

Según Day, esto creó una tensión entre la calidad del

producto y el enfoque en el cliente:

Por un lado, entrenamos a los baristas para que hagan bebidas

con nuestros estándares de calidad preestablecidos,

lo cual significa hacer cumplir un proceso consistente

que los baristas puedan manejar. Por otro lado, si un

cliente llega y desea la bebida a su manera, mayor cantidad

de vainilla, por ejemplo, ¿qué debemos hacer? Nuestros

usuarios más frecuentes siempre son los más demandantes.

Desde luego, cada vez que personalizamos hacemos

más lento el servicio para todos los demás. También presionamos

mucho a nuestros baristas, quienes ya se enfrentan

a un número extraordinario de bebidas sofisticadas.

Una solución obvia para el problema era contratar más

baristas para compartir la carga de trabajo; sin embargo, la

empresa se había mostrado, en los últimos años, muy renuente

a hacerlo, especialmente debido a la crisis económica. La mano

de obra ya era el artículo más costoso para la empresa en Estados

Unidos (vea la exhibición 3), y las tiendas de Starbucks

502 Starbucks: prestando un servicio al cliente

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