19.05.2020 Views

Marketing de Servicios 6ta Ed, Christopher Lovelock

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Casos

Caso 1

Susan Munro, cliente de servicios

CHRISTOPHER LOVELOCK

En el transcurso de un día, una joven mujer con muchas ocupaciones

utiliza una amplia gama de servicios.

Susan Munro, una estudiante del último año de la carrera de

negocios, había trabajado hasta tarde la noche anterior en un

documento importante, y se quedó dormida la mañana siguiente

en el departamento que compartía con otras tres estudiantes.

Sus compañeras de cuarto, que tenían clases más

temprano, ya se habían ido cuando ella se despertó. Después

de bañarse, se vistió con prisa y se preparó una taza de café.

No desayunó su habitual tazón de cereal, suponiendo que

podría comer una rosquilla en la escuela.

Al observar que el clima era muy malo, se conectó a Internet

para verificar el pronóstico local. Éste predecía lluvia,

por lo que tomó un paraguas antes de salir del departamento

y caminar hacia la parada del autobús para su viaje diario

hacia la universidad. En el camino dejó una carta en el buzón

de correos. El autobús llegó a tiempo, con el conductor de

siempre, que la reconoció y la saludó alegremente mientras

ella le mostraba su pase mensual. El autobús iba lleno, llevaba

una mezcla de estudiantes y trabajadores de oficina, de modo

que tuvo que permanecer de pie.

Al llegar a su destino, Susan bajó del autobús y caminó a

la Escuela de Negocios. Al sentirse hambrienta, entró al vestíbulo

principal y se dirigió al pequeño local de comida, decorado

alegremente, que se ubicaba en la esquina. “Lo siento”,

dijo la dependiente en respuesta a su pregunta. “Acabamos

de vender la última rosquilla y estamos esperando más de

French Roast. ¿Le gustaría un café descafeinado?”; Susan

suspiró. No era la primera vez que esto ocurría, pero la clase

estaba a punto de empezar y no podía esperar.

Al unirse a una multitud de estudiantes, se sentó en el

gran salón de clases donde se impartía la materia de finanzas.

El profesor dio un discurso monótono durante 75 minutos,

proyectando ocasionalmente gráficas en una gran pantalla

para ejemplificar ciertos cálculos. No le ayudó el hecho de que

aún tenía sueño. Susan pensó que sería igual de eficaz, y mucho

más cómodo, si el curso se transmitía por Internet o se

grababa en un DVD que los estudiantes pudieran ver cuando

quisieran. Ella prefería el curso de marketing que venía después,

porque el profesor era una persona muy dinámica que

creía que era mejor mantener un diálogo activo con los estudiantes.

Susan hizo varias contribuciones a la discusión y consideró

que había aprendido mucho al escuchar los análisis y

opiniones de los demás.

Ella y tres amigos comieron el almuerzo en la Unión de

Estudiantes que había sido modernizada recientemente. La

vieja cafetería, un lugar sombrío que servía comida poco apetitosa

a precios elevados, había sido reemplazada por un centro

de comida bien iluminado, con gran colorido y una gran

variedad de opciones, que incluían tanto proveedores locales

como cadenas de comida rápida de marca, las cuales ofrecían

diversos emparedados, así como platillos típicos, ensaladas y

una variedad de postres. Aunque se le había antojado un emparedado,

la fila de clientes en la tienda de emparedados era

bastante larga, de modo que Susan se unió a sus amigos en

Burger King y se dio el lujo de comprar un caffe latte en la

cafetería adyacente Hav-a-Java. El centro de comida estaba

demasiado concurrido, quizás porque ya llovía. Cuando finalmente

encontraron una mesa, tuvieron que quitar las charolas

sucias. “¡Vagos holgazanes!”, comentó su amigo Mark, refiriéndose

a los clientes anteriores.

Después del almuerzo, Susan se detuvo en un cajero automático,

insertó su tarjeta y sacó un poco de dinero. Al recordar

que tenía una entrevista de trabajo al final de la semana,

llamó por teléfono a su estilista y se consideró afortunada de

poder hacer una cita ese día, más tarde, debido a la cancelación

de otro cliente. Después de salir de la Unión de Estudiantes,

corrió a través de la plaza encharcada hasta el Departamento

de Idiomas. Para preparar su siguiente clase, negocios

en inglés, pasó una hora en el laboratorio de idiomas, observando

un video de clientes que hacían compras en diferentes

tipos de tiendas y luego repitiendo las frases clave y escuchando

su propia voz grabada. “¡Definitivamente mi acento

está mejorando!”, se dijo a sí misma.

Después de terminar su última clase y con la cabeza llena

de frases en inglés, Susan se dirigió a visitar al estilista. A ella

le gustaba el salón de belleza, tenía una decoración brillante y

a la moda, y contaba con un personal amistoso y bien aliñado.

Por desgracia, la persona que cortaba el cabello estaba retrasada

y Susan tuvo que esperar 20 minutos, tiempo que aprovechó

para revisar un capítulo para el curso de recursos humanos

del día siguiente. Algunos de los otros clientes que

esperaban leían revistas proporcionadas por los empleados.

Finalmente, llegó el momento de que le aplicaran el champú, y

después la estilista le propuso un corte ligeramente diferente.

Susan estuvo de acuerdo, aunque se negó ante la sugerencia

de aclarar el color de su cabello. Ella se sentó muy quieta, observando

el proceso en el espejo y girando su cabeza cuando así

se lo pedían. Se sintió complacida con el resultado y elogió el

trabajo de la empleada. Incluyendo el champú, el proceso había

durado alrededor de 40 minutos. Le dio una propina a la

estilista y pagó en el mostrador.

Cuando Susan salió del local, la lluvia había parado y

brillaba el sol, por lo que caminó hacia su casa e hizo una pa-

© 2007 Christopher H. Lovelock

492

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!