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Marketing de Servicios 6ta Ed, Christopher Lovelock

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tenían acceso en línea a sus cuentas y también podían obtener

información sobre servicios bancarios, ubicación y horarios

de servicio de sucursales, localización de cajeros automáticos y

respuestas a las preguntas más frecuentes. Menton también

estaba probando el uso de servicios por Internet para clientes

que contaban con teléfonos celulares con acceso a la web.

Por último, el banco había empezado a emitir nuevas

tarjetas de crédito que contenían microcircuitos con identificación

por frecuencia de radio (RFID, por sus siglas en

inglés), los cuales aceleraban las transacciones al permitir que

los clientes movieran sus tarjetas cerca de un lector especial,

en lugar de tener que deslizarlas de la manera tradicional. Al

parecer todas estas acciones daban frutos. En los últimos seis

meses, Menton había visto un importante incremento en la

cantidad de cuentas de nueva apertura, comparado con el

mismo periodo del año anterior. Además, datos trimestrales

de encuestas indicaban que estaba aumentando de manera

continua su proporción de nuevos depósitos en la región.

PROBLEMAS EN EL SERVICIO

AL CLIENTE

Los nuevos productos financieros se habían introducido con

gran rapidez, pero el banco descubrió que muchos empleados

“de plataforma”, conocidos como nuevos asistentes de cuenta,

no estaban bien preparados para vender estos servicios debido

a la falta de conocimientos sobre los productos y a una

capacitación inadecuada en las habilidades de venta. Constanzo

recordó:

El problema era que estaban tan acostumbrados a sentarse

en sus escritorios esperando a que un cliente se acercara

con una solicitud específica, como una hipoteca o un

préstamo para automóvil, que era muy difícil lograr que

adoptaran un método más positivo para que indagaran

de manera activa las necesidades de los usuarios. Parecía

que todo su trabajo consistía en llenar formas o responder

solicitudes en las pantallas de sus computadoras.

Teníamos un gran rezago en este aspecto con relación a

la mayoría de los bancos.

Conforme el programa de automatización avanzaba, la

mezcla de actividades realizadas por los cajeros cambió. Un

número creciente de clientes utilizaba los cajeros automáticos,

la página de Internet y la banca telefónica automatizada para

una amplia gama de transacciones, incluyendo retiros y depósitos

de efectivo (en los cajeros automáticos), transferencias de

fondos entre cuentas y solicitud de estados de cuenta. Los cajeros

automáticos de la sucursal Victory Square eran los más

utilizados de todas las sucursales, debido a la gran cantidad

de estudiantes y profesionales jóvenes atendidos. Constanzo

observó que los clientes mayores o con menor escolaridad

preferían ser atendidos por “una persona real y no por una

máquina”. Este grupo era especialmente renuente a hacer depósitos

en los cajeros automáticos.

Un año antes, la oficina central había seleccionado tres

sucursales, incluyendo a Victory Square, como lugares de

prueba de un nuevo programa de servicio al cliente, que incluía

el rediseño radical del interior de los establecimientos.

El local de Victory Square estaba ubicado en un lugar con mucho

movimiento urbano, aproximadamente a una milla del distrito

central de negocios y a menos de 10 minutos caminando

del campus de una importante universidad. La sucursal estaba

rodeada por tiendas al detalle y se localizaba cerca de oficinas

comerciales y profesionales. Las otras sucursales de prueba

formaban parte de las oficinas suburbanas más grandes del

banco en dos áreas metropolitanas, y se ubicaban en un centro

comercial y junto a un gran hospital, respectivamente.

Como parte del programa de renovación de sucursales,

cada una de éstas había sido remodelada para que contaran

con no menos de cuatro cajeros automáticos (la de Victory

Square tenía seis), los cuales estaban separados del resto de la

sucursal para que se pudiera acceder las 24 horas del día.

Luego se hizo otra remodelación para colocar un escritorio de

servicio al cliente contiguo a la entrada; cerca de cada escritorio

había dos terminales electrónicas de información con pantallas

a color sensibles al tacto, que los clientes podían activar para

obtener información sobre una variedad de servicios bancarios.

Las ventanillas se rediseñaron con el fin de proporcionar dos

niveles de servicio: una estación exprés para depósitos sencillos

y para cambiar cheques autorizados, y ventanillas regulares

para todo el conjunto de servicios que ofrecían los cajeros. El

número de ventanillas abiertas en un momento dado variaba de

acuerdo con el volumen anticipado de negocios; también se modificaron

las tareas del personal para asegurarse de que hubiera

más cajeros disponibles para atender a los clientes durante los

periodos más ocupados. Por último, en cada sucursal se reconstruyó

el área de plataforma para crear lo que el arquitecto describió

como “una apariencia amistosa, pero profesional”.

RECURSOS HUMANOS

Con el nuevo entorno surgieron programas de capacitación

para el personal de estas tres sucursales, así como nuevas descripciones

y nombres de puestos: representantes de ayuda

al cliente (para el personal de plataforma), representantes de

servicio al cliente (para los cajeros) y director de servicio al

cliente (en lugar de gerente asistente de sucursal). El puesto

de cajero director se cambió por el de RSC director. En el

apéndice se muestran los detalles de las nuevas descripciones

de puestos. Los programas de capacitación para cada grupo

incluían sesiones diseñadas para incrementar los conocimientos

sobre los productos nuevos y los ya existentes (los RACs

recibían una capacitación más amplia en esta área que los

RSCs). Los RACs también asistían a un curso de 15 horas, en

tres sesiones separadas, sobre habilidades básicas para las

ventas. Este programa cubría los principales pasos de este

proceso, incluyendo el establecimiento de una relación, la

exploración de las necesidades del cliente, la determinación

de una solución y cómo vencer la resistencia de los usuarios.

En contraste, el programa de capacitación en ventas para

los RSCs consistía de sólo dos sesiones de dos horas, diseñadas

para desarrollar habilidades en el reconocimiento e indagación

de las necesidades del cliente, la presentación de las características

y beneficios de los productos, el vencimiento de la resistencia

y el envío de los clientes con los RACs. Todos los miembros

del personal con puestos de servicio al cliente participaban en

sesiones diseñadas para mejorar las habilidades de comunicación

y la imagen profesional: se hablaba sobre la vestimenta,

570 Menton Bank

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