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Marketing de Servicios 6ta Ed, Christopher Lovelock

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Tabla C

Pasar la prueba: cómo obtener un mejor servicio

Consolide sus actividades

Pocas cosas, como gastar mucho en un lugar, elevan el estatus y recortan costos. Busque paquetes y programas que recompensen

su comportamiento leal.

Proteja su privacidad

Evite las encuestas y tenga cuidado al dar información sobre tarjetas de crédito y número del seguro social. Mientras

menos sepan sobre usted las empresas, menos lo encasillarán.

Evite las filas telefónicas

Si desea ponerse en contacto con un ser humano, no admita que lo dejen esperando en un teléfono de tonos. O bien,

elija las opciones que tienen menos probabilidades de ser manejadas automáticamente.

Defiéndase

Si considera que ha recibido un mal trato, quéjese. Asegúrese de que la gerencia sepa lo que representa su negocio y

que está dispuesto a recurrir a otra empresa.

mal, no había nadie que los ayudara. El resultado: una gran

cantidad de quejas que ha originado al menos una investigación

estatal. Priceline.com responde que está remodelando

su sitio web y haciendo mayores esfuerzos para mejorar el

servicio al cliente. Muchos consumidores se rehúsan a pagar

más por el servicio, pero evidentemente se desaniman cuando

lo pierden. “La gente ahora tiene más expectativas que hace

dos o tres años, porque tenemos toda esta información a la

mano”, comenta David Daniels, analista de Jupiter Communications

Inc.

De hecho, los mercadólogos señalan lo que llaman una

creciente cultura del derecho, donde los consumidores son

mucho más demandantes con respecto a obtener lo que desean.

Una razón es el incremento de opciones, que van desde

cientos de canales de cable hasta nuevas empresas que surgen

de industrias sin control gubernamental, como líneas aéreas y

compañías de telecomunicaciones. Al mismo tiempo, años de

programas de recompensas, como los de millas para viajeros

frecuentes, han contribuido a la nueva mentalidad. Quienes

saben lo que valen, esperan privilegios especiales que lo

reflejen. Según Bonnie S. Reitz, vicepresidente senior de marketing,

ventas y distribución en Continental Airlines Inc., “en

la actualidad tenemos a un consumidor muy educado e informado

y con mayor experiencia”.

En el caso de los clientes que gastan más, toda esta tecnología

permite que las empresas aparenten una gran intimidad.

Los mercadólogos pueden saber su nombre, sus hábitos

de gastos e incluso detalles de su vida personal. Centura Bank

Inc. de Raleigh, N. C. clasifica a sus 2 millones de clientes en

una escala de rentabilidad del 1 al 5. Aquellos que gastan mucho

dinero reciben llamadas de representantes de servicio

varias veces al año para lo que la contralora Terry Earley denomina

“una plática amistosa”, e incluso una llamada anual

del director general para desearles felices vacaciones. No nos

sorprende que la deserción en este grupo haya disminuido en

un 50 por ciento desde 1996, mientras que el porcentaje de

clientes no redituables ha bajado del 27 al 21 por ciento. Incluso

en la jerarquía más baja, las compañías insisten en que

gracias a este intenso enfoque en los datos, el servicio es mejor

que nunca. Para empezar, es más personalizado y, mientras

los ejecutivos admiten que favorecen el autoservicio en lugar

de la atención del personal, afirman que generalmente es preferible

este último. Después de todo, muchos clientes bancarios

optan por utilizar cajeros automáticos en lugar de formarse

en las filas de su sucursal local. American Airlines Inc., desde

hace dos décadas pionero de la segmentación de clientes con su

programa de lealtad, afirma que no ignora a los ocupantes de

los asientos más baratos, pues recientemente hizo cambios

para añadir más espacio a la clase económica. Elizabeth S.

Crandall, directora administrativa de marketing personalizado,

asegura que “simplemente estamos dedicando más energía

a recompensar a nuestros mejores clientes”.

EL HOMBRE MARCADO

Esta segmentación de las ventas, del marketing y del servicio,

basado en una gran cantidad de información personal,

plantea algunas preguntas inquietantes acerca de la privacidad,

porque amenazan con convertirse en una forma personal

intensiva de “marca de límites”, la polémica práctica de

identificar y evitar vecindarios o personas no redituables. A

diferencia de los programas tradicionales de lealtad, las jerarquías

no sólo son altamente individualizadas, sino que a menudo

son invisibles. Usted no sabe cuándo lo están enviando

a una fila telefónica o a una promoción diferente de ventas.

Usted no conoce los beneficios que no está recibiendo; no se

da cuenta de que su poder para negociar con todo tipo de

personas, desde agentes de acceso hasta empleados bancarios,

está predeterminado por el código que aparece junto su

nombre en la pantalla de una computadora.

Cuando se abre la cortina en este tipo de jerarquías sofisticadas

se pueden encontrar algunos usos de información sobre

el cliente que son francamente perturbadores. Steve

Reed, ejecutivo de ventas de West Coast, se sintió horrorizado

cuando un agente de ventas de boletos de United Airlines

Inc. le dijo: “Wow, usted no le cae bien a alguien”. El agente

no sólo tenía acceso a la información de su cuenta Premier

Executive, sino que también tenía una nota desagradable sobre

una discusión que tuvo con un agente de acceso en San

Francisco varios meses atrás. En retrospectiva, dice que ahora

se explica por qué el personal se mostraba menos amable

después del incidente. Ahora, Reed se rehúsa a dar más

información que su nombre por temor a “ser codificado y

Por qué apesta el servicio 475

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