miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

inclinación hacia la figura del reformador inglés, acoge con favor su proyecto de
reelaboración del cristianismo en términos modernos y de traducción en el
lenguaje religioso de las modernsas tendencias científicas 137 . Sin embargo, no se le
escapa que la reforma anhelada por el pensador vasco es de carácter cismático, lo
que bastaría para alejarle definitivamente del movimiento que tenía justo en este
punto el fin supremo de las polémicas a las que dio vida en su breve historia.
Queda clara la posición de Maeztu en este largo pasaje:
“Las tentativas de renovación católica han tenido hasta ahora fin triste. La Iglesia de Roma es
todavía demasiado fuerte cuando se la mira desde dentro. Los innovadores no tienen el suficiente
arranque para abandonarla definitivamente. Y es que sus tentativas no son integrales; no surgen de
la cabeza y del corazón al mismo tiempo, sino sólo de la cabeza o sólo del corazón. Y así sucede
que cuando la cabeza protesta contra la exposición que hace la Iglesia de sus dogmas, el corazón
les detiene, les hace dudar de su cabeza y acaba por sumirles el espíritu en el aterrados
‘¡Embruteceos!’ de Pascal, su gran predecesor. Y cuando es el corazón el que protesta contra la
política plutocrática de la Iglesia, es la cabeza la que les hace pensar en la posición social que
pierden si se separan de la Iglesia, la que les pinta con sombríos tonos la incierta vida que el siglo
les reserva y la que les ata las manos y la lengua [...] La renovación religiosa no puede hacerse
desde dentro de Roma, porque los renovadores son inciertos e incompletos. La renovación no
podrá hacerse hasta que la hagan hombres del tipo de Rev. R. J. Campbell, el pastor del City-
Temple, de Londres, y es muy difícil que en la Iglesia de Roma se incuben hombres de esa
fibra” 138 .
Maeztu ve, reconoce el mismo Botti, en el planteamiento de Campbell lo que
no ve en el modernismo religioso 139 , de ahí su desconfianza hacia el alcance del
movimiento. Además, el mismo estudioso evidencia algunos errores en la base de
los artículos de Maeztu que demuestran su conocimiento parcial y superficial de la
temática. Primero achaca a Gallarati-Scotti y a Fogazzaro una posición observante
de la dogmática tradicional; segundo atribuye a Murri la iniciativa de Il
Rinnovamento 140 . Al fin y al cabo, el estudioso italiano concluye que, como en
otros casos de intelectuales españoles, Maeztu también acaricia la problemática
del modernismo religioso, sin que por ello el episodio se traduzca en un encuentro
de ideales 141 . Ahora cabe hacerse algunas preguntas: ¿por qué Botti en un texto
137 Ibidem, p. 85.
138 R. de Maeztu, «La teología socialista», en El Diluvio, 8 de diciembre de 1907, p. 19.
139 Cfr. A. Botti, La Spagna e la crisi modernista, cit., p. 85.
140 Ibidem.
141 Ibidem, p. 86.
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