miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

políticos, sabido es que se multiplicarán sobre todo a partir de 1912. Son de fondo
esencialmente socialista, antimilitarista y pacifista. De esta línea destaca la
colaboración del diputado socialista belga Émile Vandervelde, la propaganda
pacifista del mismo Bignami y de Romain Rolland, y la rúbrica Guerra alla
guerra!. Más raros, pero no menos interesantes, son los artículos de fondo
literario. En ellos se tratan temáticas como la presencia de la filosofía en la poesía
contemporánea, arte y moral en la Divina Commedia, Hamlet y Don Quijote; se
discute sobre las obras de Fogazzaro, Pascoli, Manzoni, Tolstoi; y se registran dos
importantes rúbricas tituladas Rassegna d'arte y Note d'arte. Innumerables son, en
cambio, los de carácter religioso. Entre éstos será preciso señalar los que se
dedican a las más dispares doctrinas religiosas – desde el catolicismo hasta el
protestantismo, desde el cristianismo hasta el hebraismo, desde el budismo hasta
el islamismo –, a la adecuación de toda religión a las exigencias de la modernidad,
a los fenómenos sensitivos y esotéricos, al espiritualismo, al misticismo, a la
distinción entre una mera religión y un sentimiento religioso, al dualismo entre
aspiraciones políticas y económicas del socialismo y ética cristiana, a la relación
entre fe y ciencia, a la inmortalidad del alma, al modernismo, al evolucionismo y
al darwinismo, etc. A este respecto merecen una mención los autores Raffaele
Ottolenghi, Marcel Hébert, Etienne Giran, Paul Sabatier, Felice Momigliano y
Baldassare Labanca.
El punto en común era la completa autonomía confesional, la total oposición
hacia cualquier tipo de dogmatismo y la primacía de un valor espiritual en el
respeto de todo credo. La Iglesia y la teología habían matado, sostienen
unánimemente los colaboradores del Cœnobium, el dinamismo implícito a todo
sentimiento religioso y el debate sobre la oposición entre religión
institucionalizada y espíritu religioso cobró, por lo menos durante el período de
Rensi, un lugar de primer plano en aquellas páginas. Por religión la revista
entendía, concretamente, un estado de ánimo o una intuición moral, y no un
auténtico credo en el sentido de adecuación del intelecto al misterio de la fe. Un
artículo del pastor protestante Étienne Giran sintetiza como ningún otro la común
aspiración de la revista: una religión sin dogmas, sin rito, sin clero y sin
sacramentos, una religión laica que no creía en los milagros, sino en la entrega a la
vida interior, meditación, esfuerzo moral y armonía social 9 . Pero también se
9 Cfr. É. Giran, «La croyance et la foi», en Cœnobium, año I, 1906-1907, n. 1.
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