miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

Santo Tomás, arriesgó una hipótesis, que salvaguardando la posibilidad humana
del non serviam absoluto, trata principalmente de mantener incólume la bondad de
un Dios que permanecería fiel a su esencia de la única manera posible, a saber,
suavizando las penas eternas en progresivo lenitivo 65 . Así, dignidad humana y
divina quedan protegidas en una vanguardista y sugerente teología. Su obra, que
hizo temblar las nociones de justicia, de misericordia divina y de salvación
cristológica, es empero la única huella que deja en toda su producción de una
interpretación propia que salga un poco de la línea tradicional y ortodoxa de su
clero.
Matías García nace en Grandoso, provincia de León, en 1869 y entra en la
orden dominica en 1886. Estudia filosofía en el Convento de Corias, en Asturias,
hasta 1891 y teología en Salamanca hasta 1895. Desde 1905 hasta 1916 y desde
1934 hasta 1939, enseñará Teología Dogmática en Salamanca, donde llegará a ser
también Regente de los estudios. El padre dominico fue otro “confesor-amigo” de
Miguel de Unamuno, con el cual, paseando por la alta explanada del Monte
Olivete, dentro del mismo Convento de San Esteban, discutió su obra Del
sentimiento trágico de la vida 66 .
La obra principal de Matías García es el Panegírico De Santo Tomás de
Aquino publicado en 1901 en Madrid, donde enseñó teología en la Academia
Universitaria Católica desde 1916 hasta 1922, que recoge el texto de su largo
sermón pronunciado el día 10 de marzo de 1901 en la Iglesia de San José de la
capital. En 1909 fue protagonista de un episodio que tuvo un gran eco en la
ciudad. La noche del 21 de marzo de 1909 tiene una conferencia sobre la
educación religiosa en España en el Círculo Mercantil de Salamanca frente a un
público heterogéneo. No es dado a conocer el texto de la conferencia, pero existen
algunas reseñas en la prensa local que permiten establecer el contenido. Ante todo
se comprende que el domingo, en principio, quería detenerse sobre el tema de “las
dos Españas”, pero ante el temor a ser malentendido y adscrito entre los
partidarios de Waldeck-Rosseau, preferió limitarse al problema de la educación
religiosa. Eso revela la voluntad de evitar una temática peligrosa y confirma su
conciencia de considerarse en el límite de los criterios estimados como lícitos por
la cultura católica española. En efecto, en el contenido de la conferencia aparecen
65 Cfr. L. A. Getino, Del gran número de los que se salvan y de la mitigación de las penas eternas,
Madrid, Feda, 1934.
66 Véase N. González Caminero, Unamuno y Ortega, cit., p. 94 (nota 13).
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