miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

dos condiciones socio-politicas profundamente distintas como para absorber en la
misma medida su idea de modernización democrático-burgesa de la Iglesia y del
catolicismo. Al serio esfuerzo eclesiástico italiano de renovación cultural en el
ámbito católico y de polémica contra la antigua intransigencia, del que surgió en
Italia, siguiendo a Pietro Scoppola, aquella Democrazia cristiana que aspiraba a
una mayor participación de la sociedad en la vida de la Iglesia y que tenía en la
figura del propio Murri el mayor intento de comprensión registrado en la historia
modernista italiana entre experiencia política, cultural y religiosa 3 , se opone la
distinta situación española que impidió la permeabilidad de tales problemáticas: la
grave quiebra que divide a los católicos por la cuestión dinástica del carlismo,
cuyos partidarios defienden la integridad del tradicionalismo católico; la falta de
una fuerte clase clerical intelectual dispuesta a emprender una discusión
constructiva sobre el tema de la democracia y abierta a sus consecuencias, como
ocurría en otros lugares de Europa; la ausencia de un debate sobre la forma de un
partido político que pudiera funcionar como vehículo del empeño civil de los
católicos para el tránsito del plan social al propiamente político 4 . De ahí la
ineludible consecuencia, por su declarado anticlericalismo 5 , de que en España su
pensamiento hallará un mayor reflejo en los ambientes liberales y anticlericales
frente a un movimiento católico político de tendencia democrática.
El nombre de Murri, pues, aparece mencionado en escritos de pensadores
laicos y eclesiásticos que propugnaron la causa del anticlericalismo, como Maeztu
o Ferrándiz. En ambos casos, como evidencia Botti, las citas que le dedican no
3 A este respecto véase el capítulo que P. Scoppola dedica a «La Democrazia Cristiana murriana e
il movimento culturale» en su estudio más veces citado Crisi modernista e rinnovamento cattolico
in Italia, pp. 127-162.
4 Cfr. A. Botti, «Echi murriani in Spagna», cit., p. 246.
5 A este propósito véase en particular el capítulo III de su La politica clericale e la democrazia,
Ascoli Piceno, Giuseppe Cesari Editore, 1908. Aquí el sacerdote italiano, después de estudiar la
historia del término clerical según la evolución que transformó su significado intrínseco
especialmente durante los acontecimientos religiosos y civiles de la segunda mitad del siglo XIX,
distingue dos posiciones políticas: una es la del conservadurismo católico, cuyos partidarios creen
que sus planteamientos han de ser defendidos por todo buen católico; otra progresista, que aplica a
las formas de relaciones políticas y sociales del pasado el criterio de la relatividad histórica y, con
lo cual, creen en la legitimidad de una revisión de la herencia moral, considerando discutible la
primera posición. En apoyo de éstos últimos, Murri dirá: “noi siamo anticlericali appunto perché
siamo migliori cristiani”, p. 84. Véase también su artículo «Di un partito e un programma radicale
in Italia», en Il Rinnovamento, año I, 1907, n. 3, pp. 305-316. Aquí Murri, partiendo de algunas
digresiones sobre el libro de Francesco Saverio Nitti Il Partito Radicale e la nuova democrazia
industriale, llega a una abierta manifestación de su anticlericalismo que provocará violentas
reacciones en la prensa clerical de la época. Además, por una más completa visión de su
anticlericalismo véase L'anticlericalismo. Origini, natura, metodo e scopi pratici, Roma, Libreria
Editrice Romana, 1912.
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