miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

pensamiento, no evidencia esa divergencia sustancial de división en esferas que,
de hecho, le separa irremediablemente de la corriente romana que con más fervor
sostuvo este tipo de identidad. También presentará no pocas reservas al plantearse
la compleja problemática de su inserción en el movimiento y, entonces, no podrá
hacer menos que notar cómo don Miguel, aun manifestando en más ocasiones su
interés y aprecio por el modernismo religioso, nunca se considerará parte activa de
él; por eso, si se interpretan al pie de la letra sus afirmaciones, ya no quedaría
opción alguna de insertarle en el movimiento 97 . Y algunas páginas después añade
que Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo, entre las
obras mayores de su producción, no presentan ni un tono, ni peculiares reflexiones
como para considerarle modernista 98 . Especialmente en los años de entresiglos el
pensador madura su búsqueda espiritual que coincide en algunos aspectos con la
general crisis modernista europea, pero en Unamuno no hay, desde el punto de
vista exegético y teológico, suficiente originalidad, sostiene Botti paralelamente a
Oromí, para colocarle en uno de esos géneros o aspectos en que demasiado a
menudo ha sido fragmentado el modernismo religioso a nivel historiográfico 99 .
El relativismo pragmatista jamesiano
Cuando Unamuno sostiene que la fe no es creer, sino crear en lo que creer, se
adscribe en pleno a la teoría de la escuela pragmática anglo-americana. Por eso,
rechazará en muchas ocasiones la fe implícita, la del carbonero que, por el
contrario, ignora lo que cree y cree lo que ignora. De ahí que la creencia en algo
que ha sido elaborada por testimonio ajeno, que ha sido perennemente establecida
por la autoridad y que se tiene por verdadera sólo porque ipse dixit, se reduzca en
su pensamiento a una fe para sencillos:
“Esa sed de vida eterna apáganla muchos, los sencillos sobre todo, en la fuente de la fe religiosa;
pero no a todos es dado beber de ella” 100 .
97 Cfr. A. Botti, La Spagna e la crisi modernista, cit., p. 89.
98 Cfr. ibidem, p. 103.
99 Cfr. ibidem.
100 STV, OCV, XVI, p. 184.
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