miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

En realidad, a un sacerdote y teólogo como Cózar Castañar, la aportación
supuestamente teológica del poeta moguereño no debería resultarle tan
significativa como para insertarlo en un movimiento filosófico-teológico que
intentó revolucionar las bases de la doctrina católica y de la misma Iglesia
Romana. A lo sumo, puede demostrar la influencia de una idea o la toma en
préstamo de una temática con la que el poeta empezó a tener familiaridad o sentir
cierta fascinación a partir de la lectura de L'Évangile et l'Église durante su
estancia en casa de Simarro. Además, si consideremos la adhesión al principio de
la inmanencia como elemento que por sí mismo puede ser suficiente para la
integración en el movimiento, no debería extrañarnos la idea de que muchos de
los intelectuales que heredaron los criterios krausistas o regeneracionistas
pudieran tenerse por modernistas religiosos. Desde la perspectiva exclusivamente
religiosa, en efecto, el krausismo descansa en la idea de Dios como ser único,
absoluto e infinito a la que se llega por vía inmanentista. No faltaron, pues, las
acusaciones de panteísmo, principalmente por boca de Balmes y Menéndez
Pelayo, pero la objeción ya estaba prevista en el sistema y a un panteísmo que se
funda en el principio de que “todo es Dios”, el krausismo opone la teoría del “todo
en Dios”, es decir, salva la trascendencia sin menoscabo de la inmanencia. Así
que a partir de la doctrina de Krause, pasando por Fernando de Castro y Sanz del
Río, hasta llegar a Giner de los Ríos y a las generaciones sucesivas, abundan las
expresiones de fondo inmanentista en la literatura española del siglo XX,
paralelamente al empleo de la Biblia que hacen los intelectuales laicos como
fuente de inspiración para sus obras, como ya hemos visto en el apartado
consagrado a Rubén Darío, y se ensalza una revelación íntima y personal. De
hecho, es en plena madurez cuando Juan Ramón Jiménez expresa de forma más
explicita esa magnificación ególatra que coincidirá con una revelación de tipo
inmanentista. Libros de poesías como La estación total de 1946, Animal de fondo
de 1948 y Dios deseado y deseante de 1949, donde, como es sabido, confluyen los
29 poemas de Animal de fondo más otros 29 conformando un total de 58 poemas,
son prueba de ello. Es lo que sostiene también Gilbert Azam, uno de los mayores
partidarios de la presencia del modernismo religioso en España y, sobre todo, de
la intersección entre modernismo literario y teológico:
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