miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

gana de creer y la voluntad de creer, pero, es legítimo sospechar que para
Unamuno la gana, el deseo es ya voluntad y, por lo tanto, la gana no es una
potencia intelectual, no hay más remedio que postular otra diferencia básica con
James. En efecto, el estadounidense distingue entre deseo y voluntad: el primero
implica la imposibilidad de lograr lo que se desea; la segunda, por el contrario, ve
el logro de ese deseo al alcance. Por otra parte, James sitúa el mundo de la
voluntad dentro del de la mente, siendo así aquélla una facultad mental, un acto
volitivo no puede llevarse a cabo sin un conocimiento previo de lo que se
persigue. En el deseo unamuniano existe voluntad, mas no así en el de James por
lo que tener deseo de creer no significa tener voluntad. El deseo jamesiano para
que se convierta en fe, que no es sino el deseo de acción, precisa de la voluntad.
Por otra parte, si quisiéramos establecer una ecuación entre la gana de creer
unamuniana y la voluntad de creer que predica James, habríamos de concluir que,
para éste, no se trata de una fe auténtica, sino de una disposición favorable de la
voluntad hacia el deseo de creer cuando éste se ve amenazado por la duda. En
tanto que Unamuno, si por un lado declara que “No cree el que tiene ganas de
creer” 112 , por otro proclama la fe de duda como la única viva y verdadera. James
postula con su voluntad de creer una fe de lucha propia de quienes, como los
héroes, se sienten enérgicos para imponer su deseo; pero no de contradicción
unamuniana. Si la virilidad de la que habla Unamuno es lo mismo que James
entiende por valor, hay sin duda un punto de contacto. Pero si el deseo brota de la
virilidad y por lo tanto del valor, entonces disienten, pues en el caso de James los
que padecen de abulia religiosa poseen el deseo, mas no el valor para sostenerlo.
Es más, el deseo tal y como lo entiende James, parece que corresponde a lo que
Unamuno denomina “desgana”, propia de los “abúlicos voluntariosos”. Lo que
indica que en el deseo unamuniano existe voluntad.
En la biblioteca particular de don Miguel de Unamuno, se hallan tres obras de
William James: The Will to Believe; The Varieties of Religious Experience; y
Pragmatism. No obstante, aunque no figure en su biblioteca, Unamuno leyó
también The Principles of Psychology como se deduce de las citas que hace de
este texto. La primera mención que Unamuno hace de James es de 1896 113 y la
última es de 1936 114 . Lo cual no significa, naturalmente, que todas las citas a lo
112 Ibidem, p. 507.
113 «La regeneración del teatro español», 1896, OCV, III, p. 350.
114 «Mañana será otro día», 1936, OCV, XI, p. 493.
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