miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

fin, Azam alude al modernismo de Unamuno y Jiménez – negando la
participación del primero al modernismo estético 90 – basándose en datos muy
genéricos y en una simple heterodoxia que recuerdan más bien la doctrina del
protestantismo liberal y que, en todo caso, demuestran una escasa familiaridad con
la teología modernista.
Mucho más simplista es el planteamiento de Abellán. Para señalar la incidencia
entre ambos movimientos, el crítico se remite, aunque indirectamente, a la
condena papal del movimiento. Puesto que los modernistas no se reconocían en
las 65 proposiciones del Lamentabili ni, mucho menos, en la famosa definición de
omnium haereseon collectum acuñada en la Pascendi, se convierte en algo
paradójico tomar el decreto y la encíclica como manifiestos del modernismo
religioso. Además, las temáticas que aparecen en los dos documentos atañanen
sensu stricto a problemáticas teológicas, ámbitos que, salvo prueba en contrario,
permanecen ajenos a los literatos españoles contempóraneos – que se limitan a
algunas citas bíblicas – o apenas acariciados por algunos de ellos. En todo caso,
de ninguna manera pueden reconducirse a la corriente estética. Para ser exactos,
Abellán se remite a la tesis doctoral de José Antonio Reula Paul, el cual presenta
el modernismo religioso como un sistema filosófico más bien que una teología,
sobre todo en el sentido de que desaparece todo tipo de revelación sobrenatural 91 .
Por lo cual, si se toma este planteamiento como punto de partida, ya se excluye
implícitamente la posibilidad de intersección entre trascendencia e inmanencia y,
por consiguiente, la posibilidad de plantear un parecido entre Blondel – y el
método apologético que acabmos de explicar – y el krausismo. A pesar de que
Blondel no fuera propiamente un modernista, muy a menudo es considerado como
tal por su original y decisiva aportación a la cultura del modernismo. El filósofo
francés se separa drásticamente del método histórico loisiano, aunque ofrece otro
tipo de participación en el movimiento con su apologética, la cual, a pesar de la
oposición al panteísmo, es el punto de contacto más plausible con el krausismo
que Abellán omite impropiamente. Además, las seis notas con que Reula Paul
trata de definir el modernismo religioso son, a nuestro juicio, no tan definitivas
como dice Abellán, ya que asoma cierta ambigüedad de palabras que puede ser
90 Cfr. G. Azam, El modernismo desde dentro, cit., p. 56.
91 Tesis Doctoral de J. A. Reula Paul, Algunas constantes del pensamiento español en Juan Ramón
Jiménez, Universidad de La Laguna, 1986-87, pp. 251-252, apud J. L. Abellán, La crisis
contemporánea, cit., p. 70.
326