miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

porque lo moderno de hoy será lo antiguo de mañana […] Pero, vamos a ver, en resumidas
cuentas, ¿qué es eso del modernismo? En literatura, como en todo, lo permanente es lo eterno, y al
decir eterno quiero decir lo que sale de las limitaciones de tiempo, lo que revela la esencia del
espíritu humano. Pasan las escuelas, los procedimientos, las novedades y las modas todas como
pasan las riadas que bañan, inundan, fertilizan o asuelan a un país, pero dejan un poso de rica tierra
de acarreo, cuando no la arrastran consigo. De todo queda algo, y de eso que llaman modernismo
algo quedará sin duda. Si no fuese por caer en el mismo pecado que censuro, metiénodme a
inventar motes, diría que lo que nos hace falta es eternismo, noble aspiración a ser de siempre y no
tan sólo de ahora […] A todo lo cual sigo ignorando qué cosa sea el modernismo” 73 .
Por todo ello, no tuvo dificultad alguna en confesar con toda rotundidad a su
amigo Candamo que “detesto eso que llaman modernismo” 74 y en declarar apertis
verbis que todos los modernistas – o los motejados de modernistas – “Me parecen,
en general, falsos” 75 .
Modernismo literario y modernismo religioso
El término modernismo, tanto en el ámbito religioso como en el artístico, no
fue una denominación que los partidarios de la innovación espiritual o estética
dieron intencionalmente a los dos movimientos. En ambos casos, esta definición
fue aplicada, no sin un matiz de desprecio o sarcasmo, por sus propios detractores,
como si quisieran ganar una guerra antes de que los dos fenómenos pudieran
adquirir una configuración histórica orgánica como para sostener tan sólo una
batalla 76 . La intención de los defensores de la ortodoxia tanto religiosa como
cultural era, en otras palabras, estigmatizar los excesos de la modernidad. Dicha
homonimia y semejanza genealógica dio principio a una improbable fusión de los
dos movimientos, callando muy a menudo una primera y sustancial diferencia: si
el modernismo literario fue muy pronto ensalzado y logró éxito tal como el
73 «Sobre el modernismo», en Ecos Literarios, Religiosos, Históricos, Artísticos, Bilbao, n. 36,
1898, consultando en J. A. E. Altuna, Unamuno. De la crisis a Ecos Literarios (Bilbao). 1897-
1898, Bilbao, Ediciones Beta, 2006, pp. 217-219.
74 «Carta a Candamo», 13 de marzo de 1900, en Unamuno y Candamo, cit., p. 251
75 «El modernismo», 1907, OCV, V, p. 867.
76 Sabido es que el término modernismo – en todas sus variantes o significaciones – nació con un
sentido despectivo. Numerosos son los textos que recuerdan la genealogía de la palabra. Para el
interés general del presente párrafo, nos limitaremos a citar el testimonio directo de E. Buonaiuti,
Le modernisme catholique, edición consultada Il Modernismo cattolico, cit., pp. 11-13.
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