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miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

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tratamos <strong>de</strong> estudiar a un personaje histórico, Miguel <strong>de</strong> Unamuno en nuestro<br />

caso” 125 .<br />

No hemos ofrecido, en conclusión, esta breve reseña sobre los estudios que<br />

afectan el pensamiento <strong>religioso</strong> <strong>de</strong>l vasco para manifestar una posición concreta,<br />

para sufragar una tesis o propugnar otra y establecer <strong>de</strong> una vez por todas el<br />

complejo carácter <strong>de</strong> sus elucubraciones ten<strong>de</strong>ntes a lo místico. Lo que nos<br />

interesaba <strong>de</strong>stacar era que, sencillamente, se afirmó todo y lo contrario, y que<br />

cada intento <strong>de</strong> clasificar sus meditaciones religiosas aparece vano <strong>frente</strong> a un<br />

<strong>de</strong>squilibrio <strong>de</strong>bido, t<strong>al</strong> vez, a <strong>al</strong>gunas contradicciones íntimas. Lo que, en cambio,<br />

sí puedo afirmar es que, <strong>al</strong> fin y <strong>al</strong> cabo, el Rector <strong>de</strong> S<strong>al</strong>amanca consiguió su fin:<br />

<strong>de</strong>spistar a la crítica. Es lo que asoma en las dispares interpretaciones <strong>de</strong> su<br />

pensamiento <strong>religioso</strong> y el que suscribe, por su parte, se queda con la conviccción<br />

<strong>de</strong> que el mejor exégeta <strong>de</strong> Unamuno fue él mismo, <strong>al</strong> consi<strong>de</strong>rarse “especie<br />

única” no etiquetable, no clasificable, no encasillable en <strong>al</strong>gún cajón <strong>de</strong> la historia<br />

<strong>de</strong>l pensamiento ya que, sencillamente, “no se le pue<strong>de</strong> reducir a una simple<br />

apreciación unívoca” 126 . Eso es, quizás, su mejor logro, su máxima origin<strong>al</strong>idad; si<br />

no fuera así, no habría <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong> la multitud <strong>de</strong> escritores y pensadores <strong>de</strong>l<br />

siglo XX, ya que su pensamiento filosófico no es nada sistemático, sus reflexiones<br />

ofrecen la sensación <strong>de</strong> encontrarse más bien <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> divagaciones<br />

autobiográficas que <strong>de</strong> la resolución concreta <strong>de</strong> un problema existenci<strong>al</strong>, su prosa<br />

no es nada elegante, su lírica sacrifica la music<strong>al</strong>idad en favor <strong>de</strong> los conceptos y<br />

su especulación religiosa f<strong>al</strong>ta en profundidad teológica. Lo mejor <strong>de</strong> su<br />

producción es la ensayística, esa multitud <strong>de</strong> escritos publicados a lo largo <strong>de</strong> toda<br />

su existencia por una miríada <strong>de</strong> revistas y periódicos con que redon<strong>de</strong>aba el<br />

sueldo <strong>de</strong> catedrático; esos ensayos que no se a<strong>de</strong>cuan a norma <strong>al</strong>guna, que no<br />

siguen ni modas ni directivas, y cuyo carácter divagatorio nace <strong>de</strong> la propia<br />

voluntad. Por todas estas razones, lo único que se pue<strong>de</strong> predicar es que hay que<br />

volver a la auténtica p<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> Unamuno, <strong>de</strong>purar sus textos <strong>de</strong> las “ociosas<br />

cavilaciones para los que carecen <strong>de</strong> entendimiento <strong>de</strong> espíritu” 127 , emitidas por<br />

cuantos quisieron encasillarle en una u otra esfera literaria, con el resultado <strong>de</strong><br />

forjar el aparato <strong>de</strong> una erudición que embaraza, que <strong>de</strong>sorienta más que <strong>al</strong>umbra,<br />

con el efecto <strong>de</strong> producir sólo escorias interpretativas que no aclaran, sino que<br />

125 J. M a . Martínez Barrera, cit., p. 13.<br />

126 F. García, cit., p. VII.<br />

127 «La niñez <strong>de</strong> Don Quijote», 1932, OCA, V, p. 645.<br />

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