miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

componentes antitéticos como intelecto y sentimiento, ciencia y fe. La fe viva,
como ya dijo en más de una ocasión y seguirá diciendo a lo largo de toda su
existencia, se alimenta de una duda sincera. Y la duda, a su vez, alberga tanto en la
desesperación de aquellos que afirman conocer su finalidad en el universo, pero
sin poseer certidumbre alguna, como en la desesperación de aquellos que niegan
la inmortalidad del alma, pero sin estar seguros de su propia negación. Sin
embargo, dentro de una misma antítesis siempre hay una vía de conciliación. Todo
lo que es causa es ciencia; todo lo que es finalidad es religión. En la imposibilidad
de poder comprender racionalmente las causas sin sentir la finalidad, y viceversa,
religión y ciencia han de tratarse como dos disciplinas inseparables. Pero la de
Unamuno, de manera diferente del planteamiento constructivo de los intelectuales
laicos y religiosos que colaboran con Il Rinnovamento, es una conciliación
paradójica, en cuanto imposibilita conciliar ambas perspectivas para no caer,
como dirá en otros escritos, en aquella petición de principio a la que llegó la
escolástica con las pruebas de la existencia de Dios de Santo Tomás. El mayor mal
del catolicismo resulta ser, desde este tipo de enfoque, el racionalismo religioso, la
teología católica, la conciliación de fe y ciencia.
También la interpretación de su visión escatológica resulta problemática, en
cuanto que si por un lado, como queda patente, su religión se funda en el anhelo
de la inmortalidad del alma, por otro sostiene la causa protestante de las obras
morales: “Creer en Dios es […] obrar como si Dios existiera” 27 .
Trascendiendo los confines de su ensayo en Il Rinnovamento para aclarar su
idea de la desesperación, podemos decir que la supervivencia es el objeto, la causa
y el fin de toda su especulación religiosa, lo que le hizo ganar la calificación de
ritschliano católico según la paradójica definición de Nelson R. Orringer en su
Unamuno y los protestantes liberales. En el fondo del abismo unamuniano
establece un abrazo fraternal entre escepticismo racional y desesperación
sentimental, como se lee en Del sentimiento trágico de la vida:
“Mas he aquí que en el fondo del abismo se encuentran la desesperación sentimental y volitiva y el
escepticismo racional frente a frente, y se abrazan como hermanos” 28 .
En este abismo, el mismo en el que ahondó durante la crisis de 1897, se
27 «De la desesperación religiosa moderna», infra, p. 574.
28 STV, OCV, XVI, p. 234.
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