miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

traduce también en su creación narrativa y teatral. De este intento de conciliar
elementos opuestos a través de un proceso de continua contraposición, sin querer
llegar a una verdadera resolución de la problemática – como ya hemos visto en el
apartado dedicado a La inmanencia vital y la relación entre fe y ciencia de la parte
I a – brotará aquella perentoria y definitiva conclusión, en «Della disperazione
religiosa moderna», que le aleja inexorablemente tanto del movimiento
modernista europeo como de su versión italiano-milanesa:
“prefiero esta lucha a muerte con el misterio sin que éste se me rinda, o que yo me rinda a ello, al
descansar en una ciencia sorda o en una religión ciega” 64 .
Don Miguel, a través de la paradoja que estriba en el concepto de
desesperación esperanzada, fuente de su inmanencia vital, invita a los ateos a no
considerar la desesperación como motivo de rechazo de Dios y, a la vez, a los
creyentes a preferirla a la reflexión para llegar a Dios. De forma contraria, no es
posible para Unamuno aplacar la inquietud espiritual, buscar un compromiso y
llegar a una conciliación entre vida y verdades lógicas, en cuanto la razón se
sostiene en las fórmulas, mientras que la vida no acepta otra fórmula sino la del
todo o nada. Ya hemos dicho, en el capítulo precedente, que la cuestión del todo-
nada planteada por don Miguel diverge sustancialmente de la pasión hacia la
nada de los místicos quietistas y del concepto de disipación espiritual del joven
modernista italiano, redactor y organizador de Il Rinnovamento, Giovanni Boine.
En esto estriba, en efecto, una de las causas de su recíproca incomprensión, en la
imposibilidad por parte del Rector de Salamanca de llegar, no obstante los
esfuerzos, a un punto de encuentro entre componentes diametralmente opuestos
que pueda facilitar la búsqueda de Dios y de la Verdad:
“Mi religión es buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad, aun a sabiendas de que no he de
encontrarla mientras viva; mi religión es luchar incesante e incansablemente con el misterio; mi
religión es luchar con Dios” 65 .
Si es cierto que del sentimiento de desesperación el creyente ha de construir su
sentimiento religioso, es igualmente cierto que es una fase espiritual que ha de ser
64 «De la desesperación religiosa moderna», infra, p. 579.
65 «Mi religión», 1907, OCV, XVI, p. 118.
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