miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

Iglesia no como una realidad que se realiza progresivamente, sino como una
sociedad acabada y perfecta; entiende los nuevos aportes crítico-exegéticos no
como contribuciones para refundar la fe, sino como una especie de
actualizaciones técnicas de la ortodoxia; trata a la dogmática no como una
doctrina en evolución, sino como un conjunto de principios virtuales e intuitivos
y, por consiguiente, inmutables; permanece, a lo largo de todo el pontificado de
León XIII, dentro de la ortodoxia católica sin jamás negar a la autoridad y a la
tradición; y, en fin, asume posiciones políticas excesivamente conservadoras
frente a las progresistas radicales, democráticas o “socialistas cristianas”, del
modernismo religioso 34 .
Y si el catolicismo liberal europeo no fue tan atrevido como el modernismo
religioso, el español fue aún más tímido e incierto por asumir unas connotaciones
más civiles que religiosas. Este hecho indujo a Sandro Borzoni a afirmar que el
modernismo religioso, en particular el que se respiraba en Milán, no “tiene nada
que ver con las controvertidas vicisitudes políticas del liberalismo de aquellos
años, en las cuales se había estancado el clero español” 35 .
Precisamente por este carácter diplomático, por esta colocación intermedia, ni
una palabra más ni una menos, atrajo la animadversión del mismo Unamuno que,
en una carta a Galdós, pone de manifiesto su distancia tanto del mero
anticlericalismo como de toda tendencia religiosa que vislumbraba una ilusoria
posibilidad de reformar la Iglesia Apostólica Romana desde su interior:
“la cultura exige barrer las órdenes religiosas y con ellas la farsa católica; que no es sino farsa. La
Correspondencia de España que recibo hoy dice que en toda Europa anti-clerical significa
antirreligioso y ateo. ¡No, no, y no! Yo soy anti-católico por cristiano, y porque creo que la Iglesia
Romana nos está descristianando [...] Hay que acabar con la farsa y ser hombres, hombres enteros
y verdaderos, lo cual es más que ser semidioses. Por eso no es hombre un católico liberal, porque
es semicatólico y semiliberal, baciyelmista” 36 .
34 También a este propósito véase L. Bedeschi, ibidem.
35 S. Borzoni, «Introducción», en Miguel de Unamuno, De la desesperación religiosa moderna,
cit., p. 23.
36 «Carta a Galdós», 8 de diciembre de 1906, en Cartas del archivo de Pérez Galdós, edición de S.
de la Nuez y J. Schraibman, Madrid, Taurus, 1967, pp. 66-67.
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