miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

logrado muchos éxitos gracias a distintas obras. Pese a la diferencia de edad y de
carrera – cabe recordar que el estreno literario del italiano coincide justo con el
ensayo crítico sobre la Vida de Don Quijote y Sancho –, los dos harán un
intercambio de cartas, uno de los más interesantes que se registra en el vastísimo
epistolario unamuniano. Ocho son las cartas del ligur y siete las del vasco. La
primera es de Boine, fechada el 23 de diciembre de 1906; la última es de
Unamuno, fechada el 13 de octubre de 1908. Durante este breve espacio temporal,
tendrán la oportunidad de profundizar en su amistad, expresando con recíproco
respeto ideales convergentes y divergentes.
El nombre de Unamuno llega a Boine merced al artículo publicado por Papini
en el número de Leonardo de octubre-diciembre de 1906. A partir de esta fecha,
como ya pude evidenciar, Unamuno empezará gozando de cierta fama incluso en
la península italiana, sobre todo por el éxito que logró en Italia su Vida de Don
Quijote y Sancho, como demuestra Gaetano Foresta en su exhaustivo estudio
sobre el tema. Estimulado por cierta afinidad cultural – como la propensión a la
vida solitaria 2 , la fascinación por la mística española 3 , el interés por las
biografías 4 , la voluntad de superar las conclusiones excesivamente lógicas del
idealismo hegeliano y, por consiguiente, del neoidealismo de Benedetto Croce 5 , el
problema moral 6 , el anhelo de una renovación espiritual y el problema de una
elección entre inmanencia y trascendencia 7 , la inquietud provocada por el dilema
fe-ciencia o razón-sentimiento y el desprecio por la hipocresía de la clase política
2 “Sai, anch'io soffro maledettamente della solitudine”, G. Boine, «Carta a Papini», 31 de mayo de
1910, en Carteggio IV. Giovanni Boine – Amici della «Voce» (1904-1917), edición de M.
Marchione y S. E. Scalia, Roma, Edizioni di Storia e Letteratura, 1979, p. 162.
3 Véase, en especial, G. Boine, «S. Giovanni della Croce», en Il Rinnovamento, año I, 1907, n. 11-
12, pp. 458-474; «S. Giovanni della Croce», ibidem, año II, 1908, n. 3, pp. 455-467; «Di certe
pagine mistiche», en La Voce, tomo III, n. 33, agosto de 1911, pp. 632-634; Traduzioni inedite da
R. Llull e dal «Lazarillo», edición de F. Audisio, Firenze, Opuslibri, 1984. En cuanto a la
bibliografía crítica sobre las analogías entre Unamuno y Boine en relación con su acercamiento a
la mística española, véase G. Tuccini, Spiriti cercanti. Mistica e santità in Boine e Papini, Urbino,
Quattro Venti, 2007.
4 G. Tuccini, ibidem, p. 23.
5 Cfr. G. Boine, «Prefazione al Monologio di s. Anselmo. La ferita non chiusa», publicado
incompleto en el número 12 de La Voce bajo el título «La ferita non chiusa» el día 23 de marzo de
1911 e integralmente en la colección dirigida por Papini «Cultura dell'Anima», en Lanciano,
Carabba, 1912; «Un ignoto», en La Voce, n. 6, 8 de febrero de 1912; «L'estetica dell'ignoto», en
La Voce, n. 9, 29 de febrero de 1912; «Amori con l'onestà», en La Voce, n. 15, 11 de abril de 1912.
En torno a la polémica Boine-Croce véase también F. Curi, «Di un “caos in travaglio”», en Perdita
d'aureola, Torino, Einaudi, 1977, pp. 181-232.
6 Véase, como ejemplo muy significativo del planteamiento de Boine a este respecto, su «Carta a
Amendola» del 13 de marzo de 1911, en Carteggio IV, cit., pp. 224-225.
7 Cfr. G. Boine, «Prefazione al Monologio di s. Anselmo. La ferita non chiusa», cit.
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