miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

(1875) de Alarcón, con personajes cuya peripecia se asemeja a la vida de Cristo,
como Nazarín (1895) de Galdós, con imagenes bíblicas o con un simbolismo
numerológico de carácter religioso, como en El ciclo de Adán y Eva (1891-94) o
Historias y cuentos de la Galicia antigua (1900) de la ya citada Pardo Bazán.
Con el arraigamiento del modernismo literario se intensificarán los recursos a
temas, símbolos y formas bíblicas. No es de extrañar que con la asunción del
alcance global de la crisis de fin de siglo, marcada por el doble interrogante sobre
la capacidad del lenguaje para recoger lo más vivo de la realidad y sobre la
legitimidad de la palabra creadora, el artista, para cumplir con su misión
redentora, recupere la figura de Cristo y la convierta en lugar de reflexión para sus
conflictos 156 .
Rubén Darío es, sin duda, un claro ejemplo de la difusión de las temáticas
bíblicas en la literatura procedente de la crisis religiosa que se verificó en España
a causa de la evolución propagandística de un reducido grupo de reformistas
protestantes que tuvo en el sur de la península su foco inicial. Pero junto con él
cabría mencionarse una legión de artistas que no tomaron de la Biblia sólo los
temas, sino también la forma y los géneros, entre los cuales destacan el salmo, la
parábola, el anuncio profético y el apocalipsis. La Biblia se convierte, pues, en
una fuente indiscutible para la literatura de las primeras dos décadas del siglo XX,
su presencia será constante y su incidencia se reflejará en muchas obras españolas
de la época, como en Fedra y Abel Sánchez de Unamuno, Femeninas y
Epitalamio de Valle-Inclán, «El Cristo nuevo. Para Miguel de Unamuno» de
Azorín, en Soledades y Campos de Castilla de Antonio Machado, en Dios
deseado y deseante de Juan Ramón Jiménez, en Ganarás la Luz de León Felipe,
en los primeros poemas de Pérez de Ayala, en Viacrucis de Gerardo Diego, en
Hijos de la ira de Dámaso Alonso, en El profesor inútil de Benjamín Jarnés y se
extenderá, aunque de forma más leve pero no menos significativa, también a las
generaciones sucesivas, como en Blas de Otero, José Luis Hidalgo, Gabriel
Celaya, José Hierro, Carlos Bousoño, Carmen Conde, Ángela Figuera, María
Beneyto, Angelina Gatell, José M. a Valverde, Luis Felipe Vivanco, Ernesto
Cardenal, Miguel Fernández, José Ángel Valente, José Augustín Goytisolo, etc. 157 .
156 G. Márquez Fernández, «La Biblia en el modernismo hispánico: Verbo, creación literaria y
redención social», en La Biblia en la literatura española, cit., pp. 187-212, en particular p. 187.
157 Véase la confirmación de esto los siguientes textos: O. Millet y P. de Robert, Cultura Bíblica,
2001, traducción al español de J. M. Parra Ortiz, Madrid, Editorial Complutense, 2003, pp. 438-
455; A.A. V.V., Palabra, prodigio, poesía, edición dirigida por V. Collado Bertomeu, Roma-
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