miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

sea absolutamente justo, que el suicida no peca, en su idea de la Redención, en su
crítica a las pruebas de la existencia de Dios, en su ataque al reinado social de
Jesucristo, sobre el que mucho insistieron los jesuitas, al advertir el poder de la
Inquisición de limitar la libertad de perdición, al reivindicar la separación entre
Iglesia y Estado;
v) es panteísta, o sea incurre en otros errores sobre la naturaleza de Dios, al
afirmar que Dios sufre y anhela en nosotros, al considerar a Dios y al Universo
una única esencia, al identificarse con Él, en la idea del consorcio con el Espíritu
Universal;
vi) es protestante al no considerar lo divino algo objetivo sino subjetividad de la
conciencia (Schleiermacher), en su concepción de Jesucristo (Harnack), en su
oposición a la Mariolatría, en apoyar a Lutero, en alabar a los hugonotes y
calvinistas, al sostener el libre examen.
Bien es verdad que algunas de las susodichas acusaciones que el P. Pérez dirige
al Rector de Salamanca podrían también adecuarse a las teorías de algunos de los
máximos representantes del moivmiento, como algo del panteísmo en relación
con la inmannencia vital, y que, por ejemplo, la visión de Jesucristo procede
directa o indirectamente del protestantismo liberal, pero la mayoría de estos
puntos no se conforman con el movimiento, sobre todo por lo que concierne a la
negación de la autoridad de la Iglesia. También es evidente que Quintín Pérez no
redactó su texto con la intención de etiquetarlo de una u otra forma, sino de
desentrañar su pensamiento religioso para derribarlo desde el pricipio hasta el
final, sacando errores y pecados de herejía en cada una de sus múltiples facetas.
Con lo cual, jamás podría afirmarse que el teólogo demuestra el pretendido
modernismo religioso de Unamuno, más bien señala lo que asemeja en su sentir
religioso a los “preceptos” del movimiento, tanto como a otras confesiones o
planteamientos religiosos que él juzga como falaces. Por eso, el reverendo no
tiene dificultad alguna, al contrario de lo que ocurre con la crítica que quiere
adscribirle al modernismo religioso, en reconocer que Unamuno admitió algunos
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