miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

coincide ni con la pasión hacia la nada de los místicos quietistas, que ven en el
vacío la cara de Dios, ni con la disipación espiritual de Giovanni Boine. Para
Unamuno la antítesis todo-nada representa el contraste entre el corazón, que
quiere creer, y la razón, que no lo logra; es el problema del destino del hombre y
del mundo, o todo (Dios) o nada (no Dios); es la cuestión de la finalidad del
universo; es el problema existencial que atormenta a la humanidad desde siglos;
es el gran enigma de La Esfinge, el que empuja al autor a preguntarse “No hay en
realidad más que un gran problema, y es éste: ¿cuál es el fin del universo
entero?” 24 ; es, según Meyer, “la intuición unamuniana fundamental” 25 . El dilema
todo-nada, de cuño shakespeariano, aflora no sólo en su ensayística y narrativa,
sino también en su lírica, donde no es difícil toparse con versos como éstos
o en un grito de desesperación como este
“Un día más que fue, ¿lo sabes?
pero vendrá mañana,
y no será otro día, te aseguro,
pues en nuestra alma
todos los días son un solo día,
como todas las penas, aunque tantas,
son una sola pena,
una sola, infinita, soberana,
la pena de vivir llevando al Todo
temblando ante la Nada” 26 ;
“¡El dolor o la nada!” 27 ;
o en una conclusión tan rotunda consagrada a la memoria de Santa Teresa de Jesús
“Quijotesa
24 «Nicodemo el fariseo», 1899, en Meditaciones Evangélicas, edición de P. Tanganelli,
Salamanca, Diputación de Salamanca, 2006, p. 74.
25 F. Meyer, La ontología de Miguel de Unamuno, Madrid, Gredos, 1962, p. 158.
26 Poesías, «Por dentro», 1907, OCV, XIII, vv. 258-267 , p. 329.
27 Ibidem, v. 168, p. 326.
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