miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

El elemento cognoscitivo, que en Unamuno se funde con el afectivo al
mantener esa perpetua agonía entre racional y sentimental, está constituido por los
conceptos de inmortalidad del alma y de la existencia de Dios, ya que ambos
constituyen una realidad objetiva dentro de la facultad vital que hace del objeto en
que se cree y que se crea la verdad absoluta. Estas dos razones son las que hay que
dar por supuestas para considerarse creyente, pero luego el motivo de la fe ha de
ser puramente sentimental o irracional ya que la inmortalidad del alma y Dios
carecen de realidad extramental y cualquier adhesión de la razón a estas ideas,
como hicieron los escolásticos, destruye inevitablemente la fe según este tipo de
planteamiento. De ahí la lucha entre razón y sentimiento de perenne vigencia en
Unamuno, la lucha entre lo irracional, que necesita del elemento racional para
expresarse y comunicar, y lo racional, que a su vez necesita del elemento
irracional para sentir. De esa lucha surge también el carácter dubitativo de su fe,
que se intensifica a través de la razón al moverse ésta en un campo sensible y
empírico, pero que aquélla la necesita para poder pensar en sus creaciones. En fin,
para el pensador no puede darse otra fe religiosa que la dudosa o la que responde
al “querer creer”.
Se trata de una deuda ideológica y en diciembre de 1902 declara abiertamente
haber aprendido el siguiente criterio de James:
“Porque ¿qué es creer una cosa? Si uno me dice que cree que hay habitantes en Saturno, le
preguntaré al punto qué cosas de las que hace o puede hacer dejaría de hacer en el caso de que no
hubiese en Saturno habitantes, o qué cosas de las que no hace haría en tal caso, y si me contesta
que para él todo continuaría lo mismo, le replicaré que ni eso es creer que haya habitantes en
Saturno ni cosa parecida. Este criterio, que lo he aprendido del ya citado William James, me
parece acertadísimo. Y con este criterio afirmo que ni el político A ni el literato B creen, aunque lo
sepan, que todos los días nacen hombres nuevos y mueren hombres usados en España” 101 .
No obstante, el pragmatismo de Unamuno no tiene nada que ver con esa clave
de lectura extremadamente utilitarista que se ha dado a la teoría jamesiana, con
esa filosofía afectada por un espíritu práctico que fue también nombrado por
Gutberlet “espíritu del dólar”, achacándole indirectamente una considerable
aportación para la difusión del capitalismo y de una sociedad fundada en la cultura
101 «Viejos y jóvenes», 1902, OCV, III, p. 607.
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