miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

dos tendencias tan diferentes como modernismo literario y modernismo religioso,
corroborando ese matiz ampliamente negativo que adquirió el modernismo
literario “en conexión con la tendencia modernizadora que apareció dentro del
mundo católico, manifestándose de un modo más significativo en Francia,
Alemania e Italia” 35 ; en tercer lugar, al considerarle máximo representante español
del modernismo entendido como tendencia general, surgió la figura de un
Unamuno modernista forjada a medida por la crítica que siguió la huellas
antigeneracionistas.
Modernismo y modernidad
Si tomamos en consideración sólo las últimas décadas del siglo XX, no se
puede negar que parece prevalecer, en España, la tendencia que considera al
modernismo como una síntesis de varios movimientos, conforme a lo que la
crítica angloamericana entendió por modernism 36 . Sin embargo, en la lectura que
del modernismo brindan sobre todo Juan Ramón Jiménez y Federico de Onís,
cabe una contradicción implícita que la crítica no ha dejado de evidenciar. Los dos
sustantivos modernidad y modernismo tienen la misma raíz etimológica, modo, a
saber, en este momento, actualmente, lo que supone un principio y un fin en un
más o menos determinado espacio de tiempo. De hecho, sólo el segundo está de
acuerdo con la letra, ya que lo que era actual ayer posiblemente no lo es hoy, y la
35 M. Călinescu, Five Faces of Modernity. Modernism, Avant-Garde, Decadence, Kitsch,
Postmodernism, Durham, Duke University Press, 1987, originariamente publicado por Indiana
University Press, 1977, edición consultada Cinco caras de la modernidad. Modernismo,
Vanguardia, Decadencia, Kitsch, Postmodernismo, traducción de F. Rodríguez Martín, Madrid,
Tecnos, 2003 2 , p. 89.
36 La exigencia de modernidad y el objetivo de renovación de las formas en la primera década del
siglo XX coinciden, en los países de habla inglés, con la definición de modernism. En Inglaterra,
los años que anteceden la Primera Guerra Mundial – caracterizados por una etapa que,
convencionalmente, empieza a partir de la Image School de T. E. Hulme – serán los más
vehementes, precisamente por obrar la destrucción de toda forma artística considerada obsoleta. El
título BLAST (explosión) de la Review of the Great English Vortex es paradigmático para
comprender el furor de la rebeldía. A pesar de ello, incluso en la fase prebélica, no se realizará una
auténtica ruptura – diferentemente de otras formas de vanguardias como, por ejemplo, el futurismo
italiano – con la herencia de la tradición. En todo caso, el anhelo de renovación artística ansiado
por dispares tendencias se denominó modernism, y coincidía con la modernidad. Cfr. G. Cianci,
«Il modernismo e il primo Novecento», en Storia della letteratura inglese, edición de P. Bertinetti,
2 vols., II, Dal Romanticismo all'età contemporanea. Le letterature in inglese, Torino, Einaudi,
2000, pp. 164-248, en particular pp. 164-167.
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