miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

eligiosa, sin que el uno pueda sustituir al otro, sigue afirmando 41 . En otras
palabras, Boine identifica su pensamiento con su vida, su posición filosófica con
su condición existencial, su lógica basada en la tradición con su experiencia
religiosa. Así se explica la interferencia de su sentimiento poético en sus escritos
filosófico-religiosos, como si filosofía y arte fueran dos caras de una misma
moneda. No obstante, su lenguaje expresionista, cuyo primer ejercicio realiza a
partir de octubre de 1906 en la traducción de Ramón Llull 42 , evidencia una
predilección hacia la subjetividad del individuo y de la propia religiosidad de la
que hablaba el mismo Unamuno:
“«¡Yo, yo, yo, siempre yo! – dirá algún lector –; y ¿quién eres tú?» Podría aquí contestarle con
Obermann, con el enorme hombre Obermann: «para el Universo nada, para mí todo»” 43 .
Y siguen las semejanzas con el vasco cuando, al oponer la objetividad de la
práctica religiosa a la fuerte subjetividad de la experiencia religiosa, refleja una
actitud común a buena parte de la cultura contemporánea, que tiene en Unamuno
uno de sus más insignes representantes. El límite sútil entre la subjetividad poética
y la objetividad filosófica será, en efecto, uno de los motivos de Del sentimiento
trágico de la vida: “poeta y filósofo son hermanos gemelos” 44 . Límite sútil,
entonces, no sólo entre poesía y filosofía, entre subjetividad y objetividad, sino
también entre individualidad y universalidad, entre mortalidad e inmortalidad,
siguiendo aquella duda que siempre atormentó al mismo don Miguel: “Io sento
l'aderenza della mortalità e dell'immortalità” 45 , afirma Boine comentando el
problema de la caducidad del cuerpo y el anhelo de la inmortalidad del alma.
Antes de seguir comentando la amistad y la afinidad intelectual entre Unamuno
y Boine desde un enfoque temático modernista, será oportuno demorarse un poco
sobre la aventura modernista del joven italiano. De hecho, fue sólo un breve
paréntesis de su experiencia cultural que coincidió, más o menos, con la vida de Il
Rinnovamento (1907-1909). La revista milanesa, como se observa en el volumen
que Margherita Marchione dedicó a la correspondencia de Boine con los amigos
41 Ibidem, p. 131.
42 Véase G. Boine, Traduzioni inedite da R. Llull e dal «Lazarillo», cit. La carta que Giovanni
Boine invia a Tommaso Gallarati-Scotti el día 18 de octubre de 1906 es testimonio de un primer
acercamiento al trabajo sobre Llull para Il Rinnovamento. En Carteggio III, cit., pp. 25-27.
43 STV, OCV, XVI, p. 137.
44 STV, OCV, XVI, p. 134.
45 G. Boine, «Di certe pagine mistiche», cit., p. 86.
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