miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

pesar de que ésa es su opinión y la nuestra no tiene ni más autoridad, ni más
solidez, precisamente porque hablamos de convenciones preestablecidas; a pesar
de todo ello, el juicio de De Llera podría ser plausible si no fuera porque pretende
unificar modernismo literario, Generación del '98 y modernismo religioso sólo
para demostrar que España también tuvo sus modernistas religiosos y elevar a
representantes del movimiento las más autorizadas voces del '98.
Al fin y al cabo, su opinión parece partidista e interesada. Las suyas no son las
consideraciones de un crítico que habla pro veritate, sino las de un español
exasperado que no quiere aceptar una falta de su país en el ámbito cultural, sobre
todo al olvidarse de que los modernistas religiosos de toda Europa eran
sacerdotes, ex-sacerdotes por excomunión, teólogos o intelectuales laicos que
tenían mucha familiaridad con temáticas teológicas y que consagraron a la
reforma eclesiástica gran parte de su actividad; lo que, objetivamente, no se puede
decir de los presuntos miembros del '98 por su condición de literartos puros, por el
carácter de su obra preponderatamente humanista y literaria, y porque, usando la
expresión de Fernández Almagro, “hacen literatura ante todo” 32 .
Bien es verdad que el modernismo en general puede ser considerado en su
sentido más amplio “como crisis de la espiritualidad, manifestada a comienzos del
siglo en varios niveles y por medio de las diversas expresiones que provoca” 33 ,
pero cualquier crítico de buen sentido tiene por necesaria una convencional
clasificación de la cultura en sectores y de la literatura en esferas, categorías y
géneros para evitar que figuras como Unamuno y Darío, o D'Annunzio y Svevo,
por ejemplo, se pisen los pies. Claro es que el marco de encasillamiento en el que
se inserta a un autor no puede ser definitivo, ni brinda respuestas rotundas en
mérito a su actividad, pero tampoco puede invocarse una hoguera estilo
Inquisición de todos los manuales literarios o historias de la literatura al rechazar
cualquier división en épocas culturales o corrientes. La elástica afiliación de un
autor o un artista cualquiera a un movimiento artístico, a una tendencia literaria, a
una generación histórica o a una corriente de pensamiento, que se determina sobre
la base de su fecha de nacimiento y de su inclinación cultural o artística, ayuda,
por lo menos, a comprender el contexto en que se insertan las obras de dicho autor
o artista.
32 M. Fernández Almagro, cit., p. 54.
33 G. Azam, El modernismo desde dentro, cit., p. 47.
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