miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

eclesiástica por poner en duda la esencia divina del Mesías. De hecho, la
proposición n. 30 del decreto Lamentabili parece referirse, enteramente a sus
teorías y no parece afectar de ningún modo a la producción cristológica
unamuniana. Así que si estamos dispuestos a creer que la fusión de elementos
humanos y divinos de su cristología poética puede proceder de una tardía
influencia de la docrtina modernista del Cristo de la historia y el Cristo de la fe,
también habrá de reconocerse una múltiple fuente de inspiración que podría estar
constituida por distintos pensadores religiosos y filósofos: Harnack, Auguste
Sabatier, Kiekegaard, Spinoza, San Pablo, Fray Luis de León, etc.
Sin lugar a dudas, lo que parece evidente en el artículo con el que Unamuno
participó en el debate pregonado por el Cœnobium, es su distancia total de las
posiciones del primer modernsita religioso. Sabemos que don Miguel jamás
omitió su simpatía hacia la figura del abate francés y su apoyo por la fecunda
acción de renovación religiosa a la que entregó su existencia. Prueba de ello son
algunas referencias que el vasco nos dejó diseminadas aquí y allá en su obra
ensayística y en su vasto epistolario, precisamente en plena época modernista. En
1904, aun manifestando su escasa propensión por el catolicismo, reconoce el valor
de la obra de Loisy:
“El loisy es interesantísimo, y su doctrina la única exposició racional del catolicismo, hasta para
los que menos católicos nos sintamos” 41 .
En 1906 espera que el modernismo de Loisy y el racionalismo de Harnack
confluyan en un único grande y universal cristianismo:
“Lo que creo que se prepara es un cristianismo a secas, un cristianismo amplio y universal,
igualmente elevado sobre el catolicismo y protestantismo, sin dogma católico ni protesta
protestante, algo a que confluyen la tendencia del abate Loisy – cuyos dos preciosos libros
L'Évangile et l'Église y Autour d'un petit livre conocerá usted – y de Harnack de otra parte, por
ejemplo” 42 .
En enero de 1907 afirma conocer a Loisy y su obra, y prevé el fracaso del
movimiento, del que el abate francés es caudillo, por no tener ninguna posibilidad
de éxito dentro de la Iglesia católica sino afirmando la ortodoxia:
41 «Carta a Ilundain», 18 de abril de 1904, en H. Benítez, cit., p. 393.
42 «Carta a Nin Frías», 13 de noviembre de 1906, en 13 cartas inéditas, cit., pp. 70-71.
616