miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

sentimentalismo, del tradicionalismo y del modernismo, que hoy tantas agitaciones, confusiones,
discusiones y lamentables deserciones ocasionan” 33 .
Es verdad que las palabras de los dominicos podrían estar viciadas por el temor
de perjudicar el proceso de beatificación y canonización del P. Arintero, y que sus
mismas declaraciones, en sintonía con el planteamiento doctrinal establecido por
la Pascendi, podrían proceder de una mera conducta tendente a la obediencia
hacia la Iglesia católica; pero, tampoco puede ignorarse su adhesión a la escuela
neotomista, o a las teorías del cardenal Zeferino Gonález, el principal artífice de la
restauración del neotomismo en España, que implica una moderada aceptación del
evolucionismo 34 , la ausencia de una condena o censura oficial hacia su obra en
una época en la que cualquier trasgresión religiosa o todo aquello no conforme
con el vaticanismo más cerrado se tildaba de modernismo, su candidatura a la
beatificación, su condición de precursor del Concilio Vaticano II 35 , el misticismo
de sus elucubraciones que le acompañó en su lecho de muerte y, en fin, su
continua diatriba con un pensador declaradamente heterodoxo como Unamuno.
En conclusión, González Arintero fue, principalmente, un místico que anhelaba
alcanzar a Dios a través de un sentimiento de fe antitético al sentimentalismo
inmanentista que indujo al modernismo religioso a oponerse al racionalismo
teológico de la escolástica y del neotomismo; si no fuera así, no se explicaría su
exhortación a Unamuno, que hizo del sentimentalismo su mejor arma para
oponerse al racionalismo positivista y a las pruebas teológicas de la existencia de
Dios de Santo Tomás, a buscar la fe con “menos raciocinio” 36 .
Sin duda, su Desenvolvimiento y vitalidad de la Iglesia presenta alguna
analogía con el modernismo religioso por el simple hecho de considerar a la
Iglesia como una realidad dinámica, pero es algo distinto de la evolución teórica y
teorizada por el modernismo religioso, ya que todos los volúmenes que integran la
obra son una exposición de pasión religiosa que no puede ser tomada simplemente
33 J. González Arintero, Evolución mística, Salamanca, Editorial San Esteban, 1988, p. 17.
34 Zeferino González después de rechazar el darwinismo en su texto Filosofía elemental, 2 vols.,
Madrid, Imprenta de Policarpo López, 1873, pasará a considerar el evolucionismo compatible con
la confesión católica, aunque limitándo el campo a las especies animales y vegetales, en La Biblia
y la ciencia, 2 vols., Madrid, A. Pérez Dubrull, 1891. El P. Arintero sigue la opinión del cardenal
español al limitar la evolución a las especies orgánicas y al rechazar la creencia dominante de
considerar fe y evolución como dos realidades opuestas en el primer y único tomo que vio luz de
La evolución y la filosofía cristiana, cit.
35 Cfr. A. A. Lobo, cit.
36 Cfr. A. Bandera, Los caminos de la fe, cit., pp. 156-160, cit. p. 157.
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