miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

diferencia radica seguramente en que a Unamuno le preocupa sobre todo el
hombre “de carne y hueso” que nace, se reproduce y muere, y que a su vez no
concibe la sociedad sino como un compuesto de individuos, ni al individuo sino
como un producto social; en tanto que James defiende los derechos del individuo
frente a los de la sociedad, tratando a ésta como enemigo de aquél. El
individualismo, evidente en ambos autores, es, pues, radicalmente diferente.
Unamuno postula el cambio “no más que por ser cambio”, mientras que James
habla del cambio producido por los grandes hombres, que son los que hacen las
grandes épocas de un pueblo. Esto les lleva a exaltar elementos diferentes:
Unamuno las cualidades innatas y la muerte, por ser ésta la que hace que
sustituyen los hombres unos a otros; James, sólo las cualidades del individuo, por
ser las que producen el genio.
En 1902 William James publicó su famoso texto The Varieties of Religious
Experience. A conclusión de la Lectura XV sostiene:
“How, you say, can religion, which believes in two worlds and an invisible order, be estimated by
the adaptation of its fruits to this world's order alone? It is its truth, not its utility, you insist, upon
which our verdict ought to depend. If religion is true, its fruits are good fruits, even though in this
world they should prove uniformly ill adapted and full of naught but pathos. It goes back, then,
after all, to the question of the truth of theology. The plot inevitably thickens upon us; we cannot
escape theoretical considerations. I propose, then, that to some degree we face the responsibility.
Religious persons have often, though not uniformly, professed to see truth in a special manner.
That manner is know as mysticism” 118 .
James, que en el mismo texto ya había distinguido dos tipos de vida – la natural
y la espiritual – y dos tipos de religiosidad – la interna y la externa –, ahora señala
dos criterios de apreciación de una religión cualquiera y sentencia que el valor de
la religión jamás podrá coincidir con su utilidad social; de ahí la necesidad del
misticismo. A su juicio, explica en las Lecturas XVI y XVII, el más auténtico
valor de la religión es el que se halla en el misticismo, favoreciendo la experiencia
individual sobre la colectiva. Por eso, su planteamiento ha sido a menudo acusado
de descuidar la vida religiosa comunitaria en favor de la experiencia individual e
individualista.
118 W. James, The Varieties of Religious Experience, Rockville (Maryland), Arc Manor, 2008, p.
276.
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