miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

pasado; tal ruptura consiste en rechazar el materialismo de aquella voluntad que
coincidía con la búsqueda de la propia felicidad. Esto depende también del hecho
de que los términos latinos bonum y malum tenían tanto un significado moral
como empírico, mientras que la lengua alemana distingue dos tipos de bien (das
gute y das wohl) y dos tipos de mal (das böse y das uebel) 59 . Finalmente llegamos
a Unamuno. En su ensayo casi desconocido «Inteligencia y bondad», que ha sido
reeditado en España sólo en una ocasión 60 , el vasco recoge una problemática
antigua, un tema que desde la época clásica hasta la modernidad, pasando por la
filosofía cristiana de la Edad Media, atrajo el interés de muchos pensadores. Su
ensayo, entre los más originales y los menos citados, empieza con una cita bíblica:
“Pero yo os digo que todo aquel que se enojare contra su hermano será atenido a juicio; el que
dijere a su hermano raca será atenido a concejo, y el que le dijere !tonto¡ será atenido a la geena
del fuego” 61 .
De aquí resulta que para Cristo los hombres que merecen el castigo del fuego
no son los que ponen en duda la bondad del prójimo, sino los que apostrofan su
inteligencia. De hecho, el sentido común quiere persuadirnos de que la maldad
depende de la voluntad (uno es malo porque quiere serlo), mientras que la tontería
no (uno es tonto sin querer serlo). De esa forma la maldad resulta ser imputable a
la moral, lo que no ocurre con la falta de inteligencia. Pero si la tontería es algo
que depende de la naturaleza o del nacimiento y la maldad de la voluntad, ¿por
qué – se pregunta Unamuno – un hombre se incomoda más cuando se deprime su
facultad intelectiva y no cuando se niega su moral? De ahí que el Rector de
Salamanca llegue a una tajante conclusión: el sentido común es brutalidad mental
por aferrarse continuamente a la opinión más difundida, a la ortodoxia de las ideas
y pecar de soberbia apriorística. Por consiguiente, los dogmáticos – todo tipo de
dogmático, no sólo los religiosos – serán brutos mentales. No obstante, la
conclusión que busca Unamuno será otra, a saber: incluso la tontería tiene un
59 Entre la amplia bibliografía que existe sobre este tema he escogido el siguiente texto como
general punto de referencia: A. Da Re, Filosofia morale, Milano, Mondadori, 2003, p. 6, pp. 10-
11, pp. 12-17, p. 18, p. 34, p. 36, pp. 59-60, p. 70.
60 La versión original apareció, como ya he evidenciado, en La España Moderna, noviembre de
1907, pp. 5-21. Sólo recientemente ha sido reeditado por S. Borzoni en De la desesperación
religiosa moderna, cit., pp. 61-76.
61 Mateo, 5:22. Unamuno explica que “[L]a palabra raca parece provenir del caldeo reca y
significar algo así como «insignificante, sin valor, poca cosa, etc.»”, véase «Inteligencia y
bondad», en De la desesperación religiosa moderna, ibidem, p. 61.
480