miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

demuestran su escaso conocimiento sobre el tema. Y del mismo epistolario escoge
una cita que demostraría la sintonía de Unamuno con el movimiento:
“los pueblos latinos necesitan, a mi sentir, una revolución religiosa, algo que sea para ellos lo que
la Reforma fue para los germanos y anglosajones” 127 .
En efecto, nada que decir a la idea de que el propósito del modernismo era el
de una reforma. Pero, ¿a qué tipo de reforma se refieren los modernistas? Y ¿a qué
tipo de reforma se refiere Unamuno? Los primeros apuntan, como ya se ha dicho
varias veces, a una reforma que no rompiera con la Iglesia Apostólica Romana, es
decir, una reforma del catolicismo dentro del mismo catolicismo y en el seno de la
Iglesia, adaptándose al mundo moderno sin traicionar su propia esencia.
Unamuno, en cambio, quiere una reforma a través de la que se reconstruya por
completo la idea del catolicismo, o sea, fuera de la Iglesia católica y no sujeta a la
autoridad del Pontífice. Éste será uno de los motivos de la incomprensión con
Boine, en cuya carta del 19 de marzo de 1907, paradigmática desde este punto de
vista, señala:
“Una vez más he de repetirlo. Los países llamados latinos necesitan de una Reforma que les sea lo
que les fue a los germánicos la de Lutero. Y esa sólo puede hacerse rompiendo abiertamente con la
Iglesia. De los papas no puede esperarse nada” 128 .
Después de esto, las reflexiones de De Llera en relación con el decadentismo
italiano, la estima recíproca entre don Miguel y Gallarati-Scotti 129 y su comentario
a «Della disperazione religiosa moderna» de Unamuno, no ofrecen un interés
como para admitir una inserción convincente del vasco en el movimiento en
cuestión. Por lo cual, es natural que haga fuerza en la falta de unidad del
movimiento, para llegar a concluir, intentando justificar su posición, que “cuando
encuadramos a alguien en la categoría «modernismo» lo hacemos en modo
extensivo” 130 . La afirmación no es errónea, si se respeten algunos criterios que
acomunaron diferentes pensadores religiosos, teólogos y sacerdotes cuya
127 «Carta a Zulueta», 30 de septiembre de 1903, citado siguiendo a De Llera, ibidem.
128 «Carta a Boine», 19 de marzo de 1907, infra, p. 505.
129 Véanse los escritos de F. T. Gallarati-Scotti recogidos en Interpretazioni e memorie, Milano,
Mondadori, 1960, p. 400.
130 Ibidem, p. 188.
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