miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

porque un mismo hombre está integrado por distintas facetas, todas auténticas y
reales a la vez. El relativismo unamuniano es la clave para comprender este tipo
de planteamiento, aquel mismo relativismo de Niebla y del pirandelliano Uno,
nessuno e centomila. Todo personaje – histórico, literario o de la fantasía – tiene
tantas facetas según las distintas ideas que se harán de él los distintos lectores. Del
mismo modo, toda persona real tendrá una distinta cara según los que lo miran o
escuchan, y podrá reclamar el derecho “a ser cada día nuevo, sin dejar por ello de
ser el mismo siempre” 55 . El Cristo metafísico, por lo tanto, depende de la
percepción que del Jesús objetivo y carnal tenían los que le rodearon. Su
personalidad sobrevive a su mera individualidad, la que le hizo vivir como un ser
único e irrepetible en el universo. El Jesús de la historia hizo que se salvara el
sentimiento del Dios personal, un Dios real que no es sólo una idea filosófica, sino
una potencia histórica, es decir, el Cristo de la fe. Y este Cristo de la fe nos reveló
la inmanencia del Dios histórico que se encarnó en el Jesús de los Evangelios y
sigue encarnado en cada uno de nosotros. Existían y existen muchas ideas de
Cristo, todas ellas tienen cabida en el Jesús que se hizo crucificar en el monte
Gólgota. La potencia espiritual de Jesús fue, en fin, la reveladora del Dios
personal y esta persona histórica, afirma el Rector de Salamanca, es la misma que
la metafísica en que creemos los cristianos:
“La personne historique de Jésus […] fut la révélatrice du Dieu personnel, et cette personne
historique est la même qui vit encore dans la conscience chrétienne” 56 .
En julio de 1911 la misma revista publicaba un cuestionario con diez
preguntas de carácter religioso. Lectores y colaboradores fueron invitados a
contestar. Las respuestas de Unamuno aparecieron en el número de noviembre-
diciembre de 1911 y entre ellas hay algunas de especial interés que agregan algo
importante al tema que estamos tratando. En la respuesta número 5 Unamuno
explica que el único dogma en el que cree – mejor dicho, en el que quiere creer –
es el dogma de la resurrección del alma. A una distinción entre dogmas que
satisfacen a la lógica y a la estética, a la razón y a la moral, y dogmas vitales,
agrega que existe un único dogma vital, que hace vivir, y es el que procede de la
creencia en la resurrección de Cristo. Este dogma es la base del cristianismo, es la
55 «La ideocracia», OCV, III, p. 431.
56 «Gesù o Cristo?», infra, p. 631.
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