miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

“una especie de subentendido, de supuesto tácito, en el Evangelio todo, y es la situación del
espíritu de muchos de los que hoy le leen, situación opuesta a la de los cristianos de entre quienes
brotó el Evangelio” 288 .
El Evangelio brotó, pues, no por inspiración divina, sino entre los primeros
cristianos según la necesidad de la época. Y Unamuno reserva también algún
comentario al tan debatido Evangelio de Juan, el cuarto. Loisy ya había sostenido,
en una no poco audaz afirmación, que el cuarto Evangelio se distingue de los tres
primeros porque Cristo está presentado sólo en función de su trascendencia, que
no es de la tierra sino del cielo, que parece hablar y obrar sólo para satisfacer su
propia esencia y demostrar que él es Dios, que es uno con Dios. Su relación con
los hombres es limitada y, en todo caso, sólo sirve de pretexto para corroborar la
divinidad de su naturaleza. El Cristo de los sinópticos, en cambio, parece más
familiar con los pecadores, con los menesterosos, con los discípulos; parece más
popular y real, es decir, vivente y consciente de su misión divina en tierra:
“la physionomie du Sauveur et la forme de son enseignement dans les Synoptiques offrent des
conditions d'historicité qu'ils n'ont pas dans saint Jean. Certes, les Synoptiques sont déjà des livres
de prédication chrétienne et non des histoires proprement dites; mais la tradition populaire qui les
supporte est encore dominée par l'impression de la réalité; le Christ y est encore un personnage
vivant. On y voit Jésus de Nazareth, en pleine conscience de sa mission providentielle [...] Il en va
tout autrement dans le quatrième Evangile […] Le Christ johannique se présente comme un être
transcendant, qui n'est pas de la terre, mais du ciel; qui semble ne parler et n'agir jamais que pour
satisfaire aux termes de sa définition, pour prouver qu'il est de Dieu, qu'il est un avec Dieu. De ses
rapports communs avec les hommes de son temps, même avec son entourage, on ne dit rien. Les
gens qu'on met en relations avec lui n'interviennent que pour lui fournir l'occasion de déclarations
qui roulent toujours dans le même cercle et affirment la divinité de son origine” 289 .
Un detalle que debió de atraer la atención de Unamuno a la hora de conocer la
particular lectura que Loisy dio al Evangelio en cuestión, es aquel que consiste en
la visión de Juan de la pasión como la glorificación que Jesucristo alcanza en la
muerte 290 . Sin embargo, revisa la tesis de Loisy y la general desconfianza hacia la
autenticidad del texto desde una perspecitva pragmática que individualizaba en la
agonía del cristianismo, punto de partida y base de su fe, la esencia más fecunda y
288 STV, OCV, XVI, p. 185.
289 A. F. Loisy, Autour d'un petit livre, cit., pp. 88-91.
290 Cfr. A. F. Loisy, Le Quatrième Évangile, Paris, Picard, 1903, p. 820.
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