miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

contemporánea, entre «Religión y cultura» así como se títula el escrito, y el punto
de partida es la constatación del retraso y aislamiento cultural de la sociedad
española. De ahí su exhortación a abrirse a las modernas corrientes de
pensamiento europeas y al progreso en el campo científico. Bien es verdad,
sostiene, que ambos dañan la fe, pero no hay que desanimarse acerca del porvenir
del catolicismo 96 . El modernismo es un movimiento que no favorece la
cristianización, sigue el franciscano, sólo a causa de las circunstancias adversas
que se oponen al progreso 97 . Un concepto que desarrolla más adelante cuando
afirma que algunos violentos planteamientos sólo fueron determinados por el
retraso cultural de los mismos católicos. No quiere que sus palabras sean
malentendidas, precisa en una nota, pero poco después vuelve a atacar a esa
facción de católicos que sólo sabían oponerse a las novedades:
“De ellos podríamos decir, con una expresión sagrada, que son tizones que humean y esparcen
sobre su ministerio sacerdotal una sombra flotante, debajo de la cual se desvanecen sus divinos
carácteres” 98 .
Y con respecto al método positivo afirma valientemente que:
“La crítica, la filología, el rebusco, coronado con preciosos éxitos, aplicándose al estudio de la
Biblia, como a uno de tantos monumentos de pasadas civilizaciones; a la aparición del
Cristianismo, como un hecho histórico; a sus orígenes, a los frutos intelectuales de su doctrina y a
su viva intervención en el desarrollo de la historia y en la constitución social de los pueblos; han
acumulado, es cierto, infinitos errores nacidos o de prejuicios aprioristas, muy ajenos a todo
método positivo, o de un uso poco inteligente de los nuevos medios hallados; pero es innegable
que han abierto nuevos caminos para apreciar mejor su realidad íntima, que han aportado
elementos nuevos para llevar a la luz a sinuosidades y aspectos hasta entonces ocultos; permiten
evidenciar mejor su divina constitución, y apartando la fe de superfetaciones con que el tiempo y
la superstición cubren las cosas humanas, crea una escuela de verdadero desinterés, y eleva al
espíritu, libre de prejuicios, al amor puro de las cosas divinas” 99 .
Esta larga cita demuestra la aceptación, aunque expresada con prudencia, por
parte de Rupert de Manresa, de las prospectivas modernistas y la posibilidad de
someter la fe a un análisis crítico positivista, la cual al derrotar la intolerancia de
96 Ibidem, p. IX.
97 Ibidem, pp. XII-XIII.
98 Ibidem, p. LI.
99 Ibidem, pp. LIX-LX.
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