miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

incurables […] ils ne peuvent être des hommes d'autrefois, luttant désespérément pour que le passé
reste le présent, et soit encore l'avenir” 52 .
La continua búsqueda del vasco de originalidad de lenguaje y de temáticas –
hasta el punto de inventar una nueva definición de género como “nivola, u
opopeya o trigedia” 53 para clasificar, irónica y polémicamente, su novela Niebla–
es demostración de la modernidad de su obra. Lo que no significa que fuera un
esteta, que el cultivo de la belleza estética de su prosa o lírica fuera una de sus
actitudes principales, contrariamente a lo que puede decirse de los modernistas
españoles. Todo su ensayo de 1908 «Literatura y literatos» es la mayor prueba de
ello y, además, confirma cómo su frecuente oposición al progreso que se halla en
su obra anterior a esta fecha, no era una batalla contra la innovación tecnológica,
sino contra la ciencia mal empleada. Por eso aquí amonesta a los artistas que
menosprecian la ciencia por entenderla a priori anitética al arte. Sirvan de ejemplo
sus mismas palabras:
“Hace aquí estragos, mi insidioso monitor, una plaga terrible, cual es la del literatismo. Nuestro
literatos no son, por lo común, nada más que literatos y en el peor sentido en que este término
pueda usarse […] Se pasan la vida esto señores menospreciando la política, y la ciencia, y la
industria, y la religión, y creyéndose, o por lo menos fingiendo creer, que lo único importante en
este mundo es la producción de la belleza. Es decir, de lo que ellos llaman belleza […] Estos
señoritos han dado a la palabra «estilo» una significación completamente arbitraria y en el fondo
inhumana. Para ellos es estilo una cierta quisicosa puramente formal y técnica que se trabaja a
fuerza de escoplo, legra, papel de lija y barniz. Y resulta que con todas sus recetas no llegan a
tener estilo, y que lo tiene, y muy brioso y muy proprio, aquel otro hombre, no literato tan sólo,
que jamás se cuidó de que en un párrafo suyo hubiera o no asonancias ni estuvo fraguando su decir
en el molde de las voluptuosidades acústicas” 54 .
Unamuno proclama su animadversión contra el esteticismo modernista en
muchos pasajes de su producción, como sucede en el siguiente de «Alma de
jóvenes»: “El esteticismo, y el de peor ralea, es el paradero de tales almas que
cierran sus entrañas” 55 . Pero no por eso se aleja de la modernidad.
52 A. F. Loisy, Simples réflexions sur le décret du Saint-Office Lamentabili Sane Exitu et sur
l'encyclique Pascendi Dominici Gregis, Ceffonds, Chez L'auteur, 1908, pp. 270-271.
53 N, OCV, II, p. 798.
54 «Literatura y literatos», 1908, OCV, IV, p. 936.
55 «Alma de jóvenes», 1904, OCV, III, p. 730.
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