miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

percibieron que aquel lenguaje [modernista], por muy bello y seductor que fuese,
no servía fielmente a su propósito” 25 , por el otro Ferreres sostiene que los
escritores de la llamada Generación del '98 no rompen con el realismo de la
generación anterior, y que noventayochistas y modernistas comparten “los
mismos temas, técnicas estilísticas, preocupaciones literarias, artísticas, políticas y
religiosas, admiraciones y desprecios” 26 .
En breve, se podría afirmar que las dos posiciones frente al modernismo y al
'98 pueden compendiarse en los juicios de Gullón y Díaz-Plaja. El primero
sostiene que:
“El modernismo da tono a la época; no es un dogmatismo, no una ortodoxia, no un cuerpo de
doctrina ni una escuela. Sus límites son amplios, flúidos, y dentro de ellos caben personalidades
muy varias. (El modernismo es, sobre todo, una actitud)” 27 .
A pesar de la convencional distinción entre modernismo y '98 – aquél es
cosmopolita, éste localista; aquél es poético, éste prosaico –, el segundo afirma
que:
“Se trata de que es posible establecer dos grupos en los que para lo político, lo social, lo estético y
lo ético se propugnan soluciones radicalmente distintas. Es algo más que una disención estilística,
que una diversa forma literaria; es una radicalmente opuesta actitud ante la vida y ante el arte” 28 .
Por lo que atañe al presente trabajo, no tiene mucha importancia estudiar ésta o
aquella postura, ni defender o rechazar el concepto de Generación del '98. No es
nuestra intención demorarnos en la estéril polémica de la definición de un grupo
de intelectuales o en el muy discutido – excesivamente discutido – tema de la
clasificación en categorías literarias; ni tendría sentido confutar la opinión de unos
sabios aportando el testimonio de otros sabios. Sin embargo, han sido necesarias
algunas consideraciones previas y una breve introducción a una temática mucho
más vasta para comprender el uso impropio de las argumentaciones
antigeneracionistas, y el tortuoso camino que emprende De Llera para llegar a
considerar a Unamuno el modernista (literario y religioso) par excellence. Con el
25 P. Salinas, cit., p. 32.
26 R. Ferreres, cit., pp. 32-33.
27 R. Gullón, Direcciones del modernismo, cit., p. 20.
28 G. Díaz-Plaja, Modernismo frente a noventa y ocho, cit., p. 108.
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