miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

el mundo, adquiere la auténtica esencia que le garantizará la eternidad, porque, al
fin y al cabo
“El punto central es el de la inmortalidad del alma y luego la solidaridad de la fe. De salvarse, se
ha de salvar la sociedad. La familia, no ya el individuo, continúa en otra vida, donde conoceremos
a los abuelos de nuestros abuelos y a los nietos de nuestros nietos” 27 .
El Rector de Salamanca intentó aplacar su sed de inmortalidad a través de la
perduración colectiva del pueblo y de la familia, más permanente que la del
individuo. El hombre puede buscar la eternidad en sus propios hijos, bien carnales
– los que nacen de la unión en el matrimonio – bien espirituales – los personajes
de su narrativa que heredan sus más íntimas congojas –. De ahí la proliferación en
sus obras de tantas situaciones de muerte, como en Niebla o en Paz en la guerra o
en La tía Tula, ya que ésta no sólo resulta ser un momento de alivio y paz
espiritual, sino también coronación de toda una existencia, como le ocurre al
mismo don Quijote: “Llegamos al cabo, ¡oh lector! […] a la coronación de la vida
de Don Quijote, o sea su muerte” 28 . No por eso Unamuno renuncia a emplear
términos como individualismo, individualista e individualidad, porque su
concepción individualista se opone a la generalmente aceptada que “suele llamar
individualismo a un conjunto de doctrinas conducentes a la ruina de la
individualidad, al manchesterismo tomado en bruto” 29 ; de hecho parece abordar el
individualismo desde una especial perspectiva comunitaria y de solidaridad
“frente al brutal individualismo egoísta de los hartos, de la casta expoliadora” 30 ; y
“por más que esto parezca paradoja”, confiesa Unamuno a Ilundain en 1898,
“Llevo en la sangre cierto incurable individualismo, que es el que me impulsa a
ser socialista, por más que esto parezca paradoja” 31 .
Es exactamente en los diez años que van de En torno al casticismo a «El
individualismo español» que mejor define y explicita su idea sobre el
individualsimo colectivista, aún frescas sus reminiscencias socialistas. Unamuno
distingue dos tendencias divergentes del ser, la individualidad y la personalidad:
27 «Carta a Zulueta», 5 de marzo de 1909, en Cartas (1903-1933), cit., p. 221.
28 VQS, OCV, IV, p. 363.
29 ETC, OCV, III, p. 174.
30 «Un socialista más», 1894, OCE, IX, p. 478.
31 «Carta a Ilundain», 23 de diciembre de 1898, en H. Benítez, cit., p. 277
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