miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

de difícil definición, un sentimiento religioso, mejor aún, que conjuga catolicismo,
protestantismo, existencialismo, agonismo, pragmatismo, interiorismo y vitalismo
trágico.
Además, la cristología unamuniana, que es, al fin y al cabo, cristología
agónica, se reduce, por lo menos en plan teórico, a un nivel humanista en la
medida en que coincide con la filosofía quijotesca:
“Y el quijotismo especulativo o meditativo es, como el prático, locura; locura hija de la locura de
la cruz” 366 .
Unamuno ve en don Quijote el caballero de la fe en el ideal ético que hubiera
dotado a la humanidad de un fin superior en el universo y, después de tanto
meditar y divagar sobre temáticas teológico-metafísicas, ésa es su conclusión que
reenvia toda su especulación a un plano humanista. No se trata, pues, de una mera
posición filosófica, sino de una religión, la religión nacional de don Quijote, el
Jesucristo español que encarna el espíritu de su pueblo:
“el españolismo es mi religión, y el cielo en que quiero creer es una España celestial y eterna, y mi
Dios, un Dios español, el de Nuestro Señor Don Quijote, un Dios que piensa en español y en
español dijo: “¡Sea la luz!”, y su verbo fue verbo español...” 367 .
Unamuno se mueve entre filosofía, metafísica, ética y religiosidad, pero
evitando el sistema coherente de desarrollo lógico y científico al que apunta, por
el contrario, el modernismo religioso. Se trata de la razón de la sinrazón que
asoma en el Quijote de Cervantes, ya que la locura quijotesca no consiente la
lógica científica. Y don Quijote, el caballero de la locura con el cual tanto se
identificó el Rector de Salamanca, no es para él ni “vano ni vanidoso, ni moderno
de ninguna modernidad – menos modernista” 368 .
Entre la miríada de estudios italianos que se escribieron sobre la filosofía
quijotesca unamuniana y que dieron lugar a un fenómeno que se ha considerado
totalmente italiano, denominado chisciottismo unamuniano, sin lugar a dudas las
páginas que Adriano Tilgher consagra al autor español en 1932 constituyen uno
de los mejores documentos. Aquí el crítico italiano ensalza el atractivo artístico y
366 STV, OCV, XVI, p. 437.
367 N, OCV, II, p. 980.
368 STV, OCV, XVI, p. 447.
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