miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

máximo propugnador en la novela de la actitud modernista dentro de la Iglesia, es
el mundo religioso con aspiraciones innovadoras que añade a un fuerte
sentimiento cristiano y católico una fascinación por las teorías científicas de Selva
sobre la futura teología católica, encarna a todo eclesiástico de la época que,
sencillamente, se opone al principio de inmutabilidad de algunos dogmas del
catolicismo, ya considerados obsoletos por haber perdido el sentido a lo largo de
los siglos. Pero no por eso abandona su fe, e Il Santo se convierte así en una
novela de tesis y en un manifiesto del movimiento. La novela de Fogazzaro es una
exhortación a la autoridad a que abran las puertas a los católicos renovadores, a la
realización de un compromiso entre tradición y progresismo; y su protagonista es
el representante de una voluntad de reforma en el seno de la Iglesia, es decir, sin
que se provoque cisma alguno: “io riconosco e onoro l'autorità della gerarchia” 79 .
El profesor Guarnacci, personaje marginal de la novela, cuya casa sustituirá la de
Selva como centro de las reuniones, se expresa así a este respecto:
“Con Benedetto non c'è da temere di eresie né di scismi. Proprio nell'ultima riunione egli ha
dimostrato che scismi ed eresie oltre ad essere condannabili per sé, sono funesti alla Chiesa non
solamente perché le sottraggono anime, ma perché, anche, le sottraggono elementi di progresso,
perché se i novatori restassero nella soggezione della Chiesa gli errori loro perirebbero e
quell'elemento di verità, quell'elemento di bene che quasi sempre è unito, in qualche misura,
all'errore, diventerebbe vitale nel corpo della Chiesa” 80 .
Más concretamente, la teoría modernista de Piero Maironi, lejos de aparecer en
San Manuel Bueno, mártir, se cifra en los siguientes conceptos: la evolución del
catolicismo, con la vitalidad eterna de sus doctrinas y con su poder de transformar
continuamente su propio cuerpo, acrecentando sin límite su fuerza y belleza 81 ; la
Verdad se alcanza sólo a través de la unión de la experiencia divina con lo real,
cuyo mundo es para la religión una perenne fuente de vida fundada en la
naturaleza de las cosas y en el valor de las ideas más que en los decretos de los
hombres 82 ; Dios es infinito e inmutable, pero el hombre se hace de Él una idea
cada vez más grande en la medida en que transcurren los siglos 83 ; y para que la
Iglesia no permanezca inmóvil frente a las continuas mutaciones de la sociedad
79 Ibidem, p. 223.
80 Ibidem, p. 232.
81 Ibidem, p. 195.
82 Ibidem, p. 223.
83 Ibidem, p. 249.
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