miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

“no son”, a sus ojos, “sino a modo de caldos de cultivo, a manera de vacunas para
evitar los estragos del transformismo y del socialismo genuinos” 240 .
Por todas estas razones, Unamuno terminará abrazando la filosofía de Giovanni
Gentile que con suma pertinacia polemizó con el modernismo religioso
precisamente por su intento de conciliar religión y filosofía. Análogamente
Unamuno dirá: “la filosofía es una matemática, la religión una intuición” 241 .
Además, como si la cuestión ya no fuera bastante problemática y rica en
contradicciones, cabe añadir que no todos los que suelen considerarse modernistas
reconocieron el inmanentismo como principio fundamental de sus doctrinas. En
este sentido, Blondel constituye el caso más paradigmático, ya que en su Lettre
sur les exigences de la pensée contemporaine en matière d'apologétique de 1896
propone un método de inmanencia que no excluye su contrario, es decir, la
trascendencia, por lo cual no se reconocerá jamás en la categoría de los filósofos
inmanentistas condenados por la encíclica.
Incluso en Italia, el método de la inmanencia no fue unánimemente aceptado
por los modernistas. Romolo Murri reivindica el papel del noúmeno ya que a su
parecer, las orientaciones del pragmatismo y del inmanentismo lo habían
suprimido para insertar, a través de la experiencia interior, en el campo del
fenómeno, todo lo que según la investigación científica podría definirse como
“ulteriormente cognoscible” o “realidad del ser y de las cosas” 242 . Murri no duda
de la necesidad de aprovechar de las búsquedas psicológicas, histórica,
lingüísticas y exegéticas, pero sin que los avances de la ciencia vengan a toda
costa enmarcados en el ámbito de la inmanencia, lo que produciría
inevitablemente una devaluación de sus resultados.
Además, siguiendo a Il Programma dei modernisti, detrás del cual se
escondían las figuras de Semeria, Fracassini y Buonaiuti, sería infundado el
propósito de la encíclica de achacar al modernismo un aspecto agnóstico y
meramente inmanentista al movimiento, ya que la nuevas ideas se sostienen sobre
la base de la crítica histórica y la exégesis bíblica, puesto que la enseñanza
teológica de la Iglesia desvió mucho la auténtica palabra de Cristo 243 . En efecto,
240 Ibidem.
241 «Carta a Candamo», 5 de marzo de 1902, en Unamuno y Candamo, cit., p. 347.
242 Cfr. R. Murri, «L'Enciclica «Pascendi» e la filosofia moderna», en Il Rinnovamento, año I,
1907, n. 9-10, pp. 345-366, cit. p. 349.
243 Cfr. Il Programma dei modernisti. Risposta all’Enciclica di Pio X «Pascendi Dominici Gregis»,
Roma, Soc. Internazionale Scientifico-Religiosa, 1908,
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